16 Tiempo Ordinario – B (Marcos 6,30-34) COMO
OVEJAS SIN PASTOR
Los discípulos, enviados por Jesús para anunciar
su Evangelio, vuelven entusiasmados. Les falta tiempo para contar a su Maestro
todo lo que han hecho y enseñado. Al parecer, Jesús quiere escucharlos con
calma y los invita a retirarse «ellos solos a un sitio tranquilo a descansar
un poco». La gente les estropea todo su plan. De todas las
aldeas corren a buscarlos. Ya no es posible aquella reunión tranquila que había
proyectado Jesús a solas con sus discípulos más cercanos. Para cuando llegan al
lugar, la muchedumbre lo ha invadido todo. ¿Cómo reaccionará Jesús?
El evangelista describe con detalle su actitud.
A Jesús nunca le estorba la gente. Fija su mirada en la multitud. Sabe mirar,
no solo a las personas concretas y cercanas, sino también a esa masa de gente
formada por hombres y mujeres sin voz, sin rostro y sin importancia especial.
Enseguida se despierta en él la compasión. No lo puede evitar. «Le dio
lástima de ellos». Los lleva a todos muy dentro de su corazón.
Nunca los abandonará. Los «ve como ovejas sin
pastor»: gentes sin guías para descubrir el camino, sin profetas para
escuchar la voz de Dios. Por eso, «se puso a enseñarles con calma»,
dedicándoles tiempo y atención para alimentarlos con su Palabra curadora.
Un día tendremos que revisar ante Jesús, nuestro
único Señor, cómo miramos y tratamos a esas muchedumbres que se nos están
marchando poco a poco de la Iglesia, tal vez porque no escuchan entre nosotros
su Evangelio y porque ya no les dicen nada nuestros discursos, comunicados y
declaraciones.
Personas sencillas y buenas a las que estamos
decepcionando porque no ven en nosotros la compasión de Jesús. Creyentes que no
saben a quién acudir ni qué caminos seguir para encontrarse con un Dios más
humano que el que perciben entre nosotros. Cristianos que se callan porque
saben que su palabra no será tenida en cuenta por nadie importante en la Iglesia.
Un día el rostro de esta Iglesia cambiará.
Aprenderá a actuar con más compasión; se olvidará de sus propios discursos y se
pondrá a escuchar el sufrimiento de la gente. Jesús tiene fuerza para
transformar nuestros corazones y renovar nuestras comunidades.
José
Antonio Pagola
Es un aporte
de la Ceb. SanFelipeySantiago
www.grupobasesfys.blogspot.com
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