El cuarto punto significativo ha sido presentar a la Iglesia no como un castillo cerrado y cercado de enemigos, sino como un hospital de campaña que acoge a todos sin reparar en su extracción de clase, de color o de religión. Una Iglesia en permanente salida hacia los otros, especialmente hacia las periferias existenciales que abundan en todo el mundo. Ella debe servir de aliento, infundir esperanza y mostrar a un Cristo que vino a enseñarnos a vivir como hermanos y hermanas, en el amor, la igualdad, la justicia, abiertos al Padre que tiene características de Madre de misericordia y de bondad. Leonardo BOFF.
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