IHU. Adital.- Dos días después de las elecciones presidenciales, no se menciona el resultado en el sitio web de la Conferencia Episcopal

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-“El Señor bendiga a Colombia y lo mejor para quienes gobernarán el país en los próximos años” (D. Henao).

Los dos candidatos que llegaron a la segunda ronda insistieron en aceptar la invitación de la Sede Apostólica para reunirse en privado con el Papa Francisco en Roma hace meses.

Para el pueblo colombiano, la fe cristiana sigue siendo preponderante entre los valores que lo constituyen como sociedad.

Gustavo Petro, presidente electo de los colombianos para el período 2022-2026, ha manifestado en varias ocasiones que es adherente de la Teología de la Liberación latinoamericana.

Dos días después de las elecciones presidenciales, no se menciona el resultado en el sitio web de la Conferencia Episcopal

El artículo es de Dumar Espinosa , publicado por Religión Digital , 2022-06-21.

Aquí está el artículo.

Tras el reporte de la victoria de Gustavo Petro y Francia Márquez en el convulso proceso electoral colombiano, alrededor de las 16:51 horas, una de las primeras reacciones presentada en vivo por Radio Caracol ,[1] el canal privado de televisión del país sudamericano, fue la de D  Héctor Fabio Henao delegado de la Conferencia Episcopal de Colombiapara las relaciones Iglesia-Estado, quien comentó brevemente que la jornada electoral fue una demostración de democracia y deseó éxito al nuevo gobierno sin siquiera mencionar el nombre del nuevo presidente colombiano, ni mencionar la victoria sin precedentes de la izquierda en la historia del bicentenario de la república. , ni felicitar a los ganadores de la disputa electoral; mostrando cierta vergüenza al comentar calurosamente los resultados de la sorprendente jornada electoral colombiana.

Estas fueron tus palabras:

“Lo primero que queremos valorar sinceramente es la participación, una participación política pacífica, con expresión de un verdadero partido de la democracia ; una participación muy masiva de la población que también nos deja un grado de legitimidad del sistema electoral; un sistema electoral que supo responder adecuadamente a tiempo para darnos números confiables, con lo cual sentimos que esto nos ayuda a fortalecer la democracia, por un lado a través de la participación, por otro lado a través del sistema electoral robusto que tenemos y en tercer lugar , porque el ciudadano quiere contribuir para que el país avance hacia el horizonte de la construcción nacional.

Hay un propósito construido desde hace mucho tiempo, que es el de un pacto de reconciliación importantísimo entre los colombianos, porque una de las situaciones difíciles que tenemos que superar son los grados de fragmentación de nuestra sociedad, de separaciones y divisiones; y este andar, digamos, hay que seguir. Hay múltiples sectores comprometidos con crear un clima de acuerdo, de pacto, tiene diferentes nombres para llamarlo, pero un clima que nos permita convivir, convivir en paz, construir un proyecto de nación compartida que nos permita construir un proyecto de país en el que todas las personas puedan vivir con dignidad; Esto requerirá, en este período presidencial particular, de esfuerzos muy decididos para que todas las voces puedan ser incluidas y que la sociedad se sienta definitivamente adecuadamente representada. También es una cuestión de representación política; es una cuestión de construcción de país; es un asunto dedemocracia y, si bien hay grandes iniciativas o proyectos, también hay grandes inquietudes, debe prevalecer la capacidad de construir colectivamente.

El Señor bendiga a Colombia y lo mejor para quienes gobernarán el país en los próximos años”.

En un momento de efervescencia popular por la disputada presidencia de Colombia , hubiera sido natural la mención directa de los candidatos en disputa y el reconocimiento explícito del ganador; algo que haría minutos después el presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana , Monseñor Luis José Rueda Aparicio , Arzobispo de Bogotá , en un mensaje que se viralizó en las redes sociales. En todo caso, esta fue la primera impresión que dejó el mensaje de la Iglesia colombiana en uno de los principales medios de comunicación del país.

A pesar de las interpretaciones de las primeras reacciones de los líderes católicos ante la victoria de Gustavo Petro , no hay dudas sobre la importancia de la Iglesia, o más en general de la fe cristiana, en la disputa electoral. De hecho, los dos candidatos que llegaron a la segunda ronda se aseguraron de aceptar la invitación de la Sede Apostólica para reunirse en privado con el Papa Francisco en Roma hace meses. Casualmente, de todos los candidatos, ellos fueron los únicos que lo lograron. Gustavo Petro el miércoles 2 de febrero de 2022 y Rodolfo Hernándezdel miércoles 16 de marzo de 2022. En ambos casos, no hay imágenes de las conversaciones privadas que mantuvieron durante unos minutos con el pontífice, pero las campañas se aseguraron de mostrar veracidad o imágenes falsas en su momento.

 En el caso del Petro , había que reconocer que se trataba de un montaje en el que se utilizó una fotografía antigua de una visita del presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin , al Vaticano . En el caso de Hernández , se publicó un vídeo del saludo del pontífice al candidato y su esposa al final de la audiencia general del miércoles en el Aula Pablo VI.

 Las campañas querían demostrar la religiosidad de su candidato o las buenas relaciones con la Santa Sede porque para el pueblo colombiano la fe cristiana sigue siendo preponderante entre los valores que la constituyen como sociedad. De hecho, ante la afirmación del ateísmo por parte del precandidato Alejandro Gaviria , ante la consulta de su partido Centro Esperanza , sus números cayeron en las preferencias de los colombianos, pese a que luego explicó que: “No soy católico, pero creo en un mandamiento fundamental, que resume y contiene todos los demás mandamientos: el amor al prójimo”[2].

 Tras el episodio vaticano y la declaración de Gaviria , surgieron más imágenes de candidatos que pasaron la segunda vuelta de las elecciones participando en celebraciones religiosas, aunque esto no significó, en ambos casos, que fueran portavoces de la doctrina católica en temas tan delicados como este. como el aborto , la eutanasia o las uniones homosexuales ; sino, indirectamente, en términos de responsabilidad social con el lema "No robes, no mientas y no traiciones" de la campaña de Rodolfo Hernández ; y la responsabilidad socioambiental por la inclusión y la justicia en el programa de gobierno de Gustavo Petro .

 En una población mayoritariamente católica, la práctica religiosa de los candidatos sigue siendo un factor que no deja indiferente a la hora de votar.

 Ciertamente, en algunos casos, las escenas religiosas en las que se representan corresponden a una creencia auténtica más o menos formada en la fe; en otros, solo sirven para alimentar el imaginario colectivo de una religiosidad que no resta puntos importantes en el escrutinio final.

 En el caso específico de Gustavo Petro , presidente electo de Colombia para el período 2022-2026, a pesar de lo que se pueda pensar de un candidato de izquierda en relación a sus convicciones religiosas, aunque pertenezcan al ámbito privado, afirmó en varios entrevistas y discursos siendo seguidor de la Teología de la Liberación latinoamericana  con su preocupación por los pobres, los huérfanos, las viudas y los extranjeros.[3] La opción preferencial por los pobres que fue tema de mucha discusión en la segunda mitad del siglo pasado en América Latina . Una discusión que, lejos de apaciguar la valoración positiva de su discurso en un ambiente católico, también puede generar preocupación por las experiencias vividas y recalentadas en otros países de la región.

 La preocupación de la Iglesia colombiana con el nuevo gobierno irá disminuyendo paulatinamente en la medida en que se preserve el orden institucional, como prometió el nuevo presidente en sus discursos, con la separación de los tres poderes ejecutivo, legislativo y judicial, y continuar la construcción social tejida en un país que quiere salir de una historia de división, narcotráfico, muerte y subdesarrollo.

 En el caso de Nicaragua y otros países latinoamericanos, en el siglo pasado hubo un intento de equiparar cristianismo con marxismo . En el plano ideológico surgió la pregunta que aparece en los escritos del cardenal Alfonso López Trujillo: “¿Puede un cristiano apelar a la «metodología» marxista sin poner su fe en el más mínimo riesgo?”.[4] Es decir, si el análisis marxista es compatible con la fe cristiana e irónicamente comentaba el cardenal: asunto de ingenuidad. [5] Esto, explicó, porque el marxismo es un sistema en el que el supuesto materialista, el análisis científico de la realidad y la estrategia de la lucha de clases son inseparables. “No hay, por tanto, separación entre la concepción del hombre y la historia. y la praxis, entre la “visión del mundo” y el análisis marxista, entre la “ideología marxista” y el método científico, la diferencia está sólo en los niveles.”[6]

 En el mismo sentido, Pablo VI  advierte del riesgo del análisis marxista en la lectura de la realidad: “Es sin duda ilusorio y peligroso olvidar el vínculo íntimo que los une radicalmente, aceptar elementos del análisis marxista sin reconocer su relación con la ideología, al entrar en la lucha de clases y en su interpretación marxista, no logra comprender el tipo de sociedad totalitaria y violenta a la que conduce este proceso”[7].

 Independientemente del análisis de lo sucedido el domingo 19 de junio de 2022, en las elecciones presidenciales en Colombia , por parte de pastores católicos, es claro que se ha iniciado en el país un período de esperanza e incertidumbre, provocado por la escasa o nula historia de la respuesta del ejecutivo a las necesidades profundas y sentidas del pueblo.

 A dos días de las elecciones presidenciales en Colombia, en la página de la Conferencia Episcopal Colombiana ni una palabra sobre el histórico resultado ().

Mientras que L'Osservatore Romano  publicó una crónica completa del evento en la portada del lunes.

 El Dios de vida guía las decisiones del nuevo gobierno, salud y prosperidad para el pueblo colombiano, sus gobernantes y sus pastores.