Menú Principal

sábado, 18 de marzo de 2023

Carlitos y Federico nos envían esta reflexión por si nos sirve para trabajar en la reunión.-

 Reflexión:

 

  • Muchas veces hablamos casi sin mirarnos a los ojos. Otras veces podemos hablar mirándonos a los ojos. Muy pocas veces nos quedamos un rato largo mirándonos a los ojos en silencio. Si hace rato no lo hacemos, les proponemos ir al encuentro de alguien y buscar intenciondamente comunicarse a través de la mirada, sin palabras. Es asombroso cómo a través de la mirada podemos comunicarnos hondamente. Por eso Victor nos dice: “Si yo miro el fondo de tus ojos tiernos, se me borra el mundo con todo su infierno. Se me borra el mundo y descubro el cielo, cuando me zambullo en tus ojos tiernos”.

 

  • Tenemos en nuestros ojos un hermoso y poderoso canal de comunicación que pocas veces lo ponemos en práctica. Esta ahí esperando que tu mirada o su mirada, esos “ojos de cielo” nos recuerden “lo verdadero”, como esas personas que recordaste al comienzo. A través de sus miradas podemos caminar con sentido en tiempos difíciles o en tiempos de alegría, podemos descurbirnos a nosotros mismos. Los que no pueden ver agudizan otros sentidos: el olfato, el oido, el gusto, el tacto... lo fundamental es poder comunicar nuestra propia verdad y recibir la verdad de los otros y... seguir buscándola. Como dice el poeta: “Si yo me olvidara de lo verdadero. Si yo me alejara de lo más sincero. Tus ojos de cielo me lo recordaran, si yo me alejara de lo verdadero”.

 

  • Mañana es el día de San José. Podemos imaginar a Jesús mirándose y descubriéndose en los ojos de José, en este hombre valiente que supo aceptar desde el amor la vida como viene. Agradecemos a José y a tantos José que son capaces de recrear sus sueños desde el amor. Seguramente María le podría cantar a José, mirándolo a los ojos: “Ojos de cielo, ojos de cielo. No me abandones en pleno vuelo. Ojos de cielo, ojos de cielo. Toda mi vida por ese sueño”. José un testigo de la verdad.

 

  • En esta semana celebramos 10 años de Francisco papa, otro testigo, buscador de la verdad. Su mirada y su sonrisa nos alientan en medio de esta realidad llena de injusticias, de tanta explotación a la madre tierra, de esta carrera armamentista indignante. A Francisco le podemos cantar: “Si el sol que me alumbra se apagara un día. Y una noche oscura ganara mi vida. Tus ojos de cielo me iluminarían. Tus ojos sinceros, mi camino y guía”. Estamos muy agradecidos por todos los “saltos” que Francisco nos está alentando y “empujando” a dar como Iglesia. Una iglesia que busca tener el corazón en los más pobres y en la Madre Tierra crucificada y... desde ahí busca ser una Iglesia sencilla, fraterna y servidora, soñando que otros mundos más humanos, son posibles.

 

  • Esta reflexión, ¿Qué me provoca?, ¿Qué me hace sentipensar?

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario