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domingo, 9 de abril de 2023

Agradecemos los cientos de saludos recibidos, por razones de espacio no podemos pasar todos. Cerramos el domingo con CarlitoSaracini

 Que la sonrisa de Jesús Resucitado nos siga inspirando para volver a nacer cada mañana y así andar agradecid@s, comprometid@s, esperanzad@s… confiad@s que “LA VIDA” tiene la última palabra.      Fecunda Pascua para tod@s!!! Hay que seguir renaciendo nomas!!!      Y te regalo esta lúcida y profunda reflexión sobre la resurrección de Ana María Diaz:    “Que nos sacuda y conmueva”  

      Te abrazo con ternura


QUE NOS SACUDA Y CONMUEVA
Para todo creyente constituye un saber básico que la resurrección no es un dato del pasado si no un acontecimiento vivo. Sin embargo, el lenguaje, el corazón o las esperanzas gastadas, fácilmente nos ponen en el peligro de perder su significado personal, y no sea un acontecimiento que nos sacuda y conmueva intensamente. Por eso, es bueno recordar que en la resurrección de Jesús se nos vuelve a proponer la vida con toda su potencia, plenitud y totalidad, como en una segunda creación; se nos ofrece la oportunidad de experimentar la vida en toda su espléndida majestad. Esto significa que la belleza de la vida puede recuperar su forma en todos aquellos rincones, aristas, reveses y trasfondos en los que las inclemencias del tiempo puedan haber dejado huellas espurias. La resurrección nos regala la posibilidad de recuperar el tono vital en todo aquello que sentimos perdido, inalcanzable, prohibido, oculto, imposible, terminado o definitivamente muerto, porque el mensaje de la resurrección nos anuncia que la tumba de Jesús y todas las tumbas están vacías. En consecuencia, nos ofrece el inmenso regalo de hacer posible una nueva floración en todos aquellos ámbitos que hemos dejado volverse estériles a fuerza de temor, fracaso, desconfianza e infidelidad. Por ello, vale la pena detenerse a contemplar los diversos niveles en los que la resurrección de Jesús se expande y multiplica con una dinámica inagotable. Que la resurrección de Jesús nos sacuda y conmueva intensamente quiere decir aventurarnos con valentía en nuestra geografía interna, reconociendo, aceptando, integrando y renovando todo lo que somos, experimentando el gozo de creer que es posible vivir una interioridad sin fracturas; quiere decir volver a comprometernos con todos los vínculos en los que la vida nos ha tejido, revitalizando nuestra fe en el gozo de amar y en la perentoriedad de perdonar, como las dos prácticas que hacen aflorar más hondamente nuestra humanidad; quiere decir renovar la fidelidad a los sueños que inspiran nuestro aporte a un mundo mejor; refrescar las esperanzas y volcarlas en una incansable militancia en la expansión de la fraternidad, la justicia, la bondad, la verdad, el bien y la belleza, sin claudicar ante la aparente falta de resultados: quiere decir fortalecer las certezas y las convicciones más hondas, las mismas que nos ponen a salvo de los riesgos de la rutina, el ritualismo, la superficialidad ingenua o de la amargura y el rencor del fracaso; quiere decir profundizar nuestra conciencia de que somos naturaleza; quiere decir gozar la calidez de aquella Presencia materno-paternal que nos vuelve a depositar amorosamente en la vida, que nos quiere vivos, cuyo amor nos precede, y en el que siempre podremos encontrar respuesta a nuestra necesidad de sanar todas nuestras heridas, tanto íntimas y personales como públicas y colectivas.        ¡Que la resurrección de Jesús nos abrace a todas, a todos y a todo!                ¡Feliz Pascua 2023!
                        Ana María Díaz, Ñuñoa, Pascua de Resurrección 2023

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