Les relataré algo curioso ocurrido. Cristina tiene un primo radicado hace muchos años en Europa, primero llevado por un profesor sueco a su país. Jorge es su nombre siempre fue muy aplicado, descollando en matemáticas. Este profesor sueco hizo un pasaje por la facultad, donde vio sus condiciones y lo invita a radicarse en Suecia. Luego de unos años, desarrollando trabajos en un laboratorio, conoce a una alemana, que también trabaja en el mismo lugar. En determinado momento le surge una oferta de trabajo en un laboratorio alemán, prueba y trabaja unos años ahí. Vuelve a Suecia y se casa con la alemana. Con ofertas de trabajo vuelven a alemania donde se radicarán definitivamente.
Es un relato común de inmigrantes como tantos otros que ustedes conocerán. Siempre que puede se da una vuelta por Uruguay. Hace unos días estuvo por trabajo y algunos trámites personales. Cuando viene aprovecha para reunirse con ex-compañeros del colegio Seminario, jesuitas. En esta oportunidad se encontró con el Rector de UCA, el jesuita Fernandez con el cual fueron compañeros de aula. Antes de irse vino por casa compartimos una merienda, casualmente Gabriel estaba en Montevideo y aprovecharon para encontrarse despues de muchos años sin verse, tienen edades similares. En la conversación salió el tema Orlando Yorio. Al otro día iríamos a la presentación de un libro escrito por una compañera de la comunidad, donde relata coloquialmente su "caminada" en el escaso tiempo que estuvo en Montevideo, Orlando y su huella indeleble de su testimonio evangélico. Ahí el nos cuenta que el Rector le comentó saber de este acontecimiento, deslizando su posición contraria a la tomada por su comunidad en el episodio del destierro de Orlando de su patria. Le prometimos enviarle el libro no bien lo tuvieramos en nuestras manos. Así lo hicimos. Ayer nos envía estos breves comentarios que compartimos.
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