En principio, creo que ese es el funcionamiento ideal de toda persona. Pero en verdad no somos seres ideales. Además de pensamientos tenemos emociones y, sobre todo, reacciones físicas que no responden a los parámetros de la cordura: presión arterial, manejo del sueño, alteraciones hormonales, disfunciones intestinales, etc.
Entiendo
también que eso puede manejarse a través de ciertas disciplinas que
requieren un entrenamiento intensivo: mindfulness, yoga, meditación,
experiencias espirituales profundas y, a veces, simples ejercicios de
respiración.
Algunos lo logran, y creo que aquí también podríamos aplicar la fórmula de 90/10: con un
poco de optimismo, el 10 % de las personas lo logran, a condición de una
práctica intensiva que les permita, a la vez, "desconectarse" del clima
nocivo que se vive especialmente en los conglomerados urbanos del siglo
XXI.
¡Benditos sean los privilegiados que alcanzan esa maravillosa conexión con su verdadero SER! Alicia
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