Buen Dios, son muchos los problemas que existen en nuestro mundo:
guerras, persecuciones, injusticias, feminicidios, genocidios, crisis económicas
que provocan las élites económicas y que devoran a los más desprotegidos,
aumentando su dolor y sufrimiento.
Quiero seguir creyendo en ti, pero la oscuridad y el largo invierno
del momento presente, siembran de angustia y dudas
mi mente y mi corazón.
Dios de la vida, ¡aumenta mi fe! ¡No nos dejes abandonados!
Necesitamos sentir que estás a nuestro lado, que nos das fuerza e ilusión.
Deseamos poder vivir en paz y justicia, para dormir tranquilos y levantarnos
con una mirada entusiasmada.
Padre y Madre nuestra, libéranos de nuestro egoísmo,
ayúdanos a compartir y así llevar una brizna de esperanza a tantos rostros
desencantados, sin sonrisa, ya los ojos vacíos de lágrimas.
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