Queridos hermanos de
Cebs. hace unos días Robert .Bentancur, de la Ceb. de la
Costa (Shangrilla-SanJosédCarrasco) nos
acercó una interesantísima interpretación
de COMUNIDAD, escrita por nuestro ya conocido José MARINS, excelente.
Hoy
deseo compartir otra visión sobre qué se entiende sobre COMUDAD,
muy alejado de nuestro territorio, pero muy, muy cercano en el pensamiento, esperamos vuestras reflexiones,
en disenso u en el acuerdo.
Artículo publicado en
SOMOS IGLESIA de ANDALUCÍA, la
Ceb pertenece a Málaga.
El autor de la nota ya es conocido nuestro, el hermano Manolo GONZALEZ.
“ Entiendo las CCPP o Comunidades eclesiales
de Base, como pequeños grupos de
cristianos reunidos periódicamente con un referente único: JESUS de NAZARET. o mejor: Jesús novedad radical de ayer
y hoy. Y a la luz de su mensaje ( vida en la historia y palabras) juzgamos y decidimos ante problemas, acontecimientos y vida nuestra. Acudimos
mujeres, hombres, viudas, matrimonios,
separados, matrimonios
reciclados, curas casados, curas célibes.
Todos nos sentimos laicos, en igualdad plena.
Nadie es más importante. Todos
somos docentes y discentes.
No nos consideramos mejores ni peores que
otros. No queremos ser alternativa
alguna dentro de la Iglesia..
Sencillamente somos cristianos que optamos por una forma de vivir
nuestra fe que nos parece más en consonancia con el Evangelio y las
primeras comunidades. NO juzgamos a nadie. Tampoco a la “jerarquía”. No queremos juzgarles, pero tampoco
someternos a ella..
Creemos que ellos están en
una “onda” de poder
y nosotros preferimos el
servicio, no el
poder, como distintivo esencial de Jesús y sus
discípulos, . No obstante
sabemos y aplaudimos a muchísimos
obispos y curas.
Algunos.. están con nosotros
y nos animan por sus hechos y palabras,
no por su
rango eclesiástico.
Nos
singulariza el modo de entender y
celebrar la Cena del Señor. Sabemos que
las comidas ocuparon un lugar
importantísimo en la vida de Jesús.
Hasta lo acusaron de bebedor y comilón.
Con talante abierto y acogedor
comía con todos, incluso con
pecadores, parias, y proscriptos. Y fue su última voluntad le recordáramos su persona
y su palabra
precisamente en una comida. Por eso en las comidas, en clima fraternal, los suyos
se reunían y “recordaban “ al maestro.
No inventaron nada. La fusión entre comida. celebración
y recuerdo del Señor fue
costumbre y mandamiento del Maestro.
Hoy tratamos de regresar a esta forma
primitiva y original de entender la Eucaristía.
Más ágape fraterno, que acto
ritual de culto. No aceptamos un
ministro ordenado, como mediador entre Dios
y los hombres
( JESÚS es el
único mediador ). Ni ritos y palabras mágicas que HOY
nos dicen muy poco y que tratan de cambiar la
esencia de las cosas.
Este cambio
radical de entender la Eucaristía nos impide utilizarla como ingrediente
de “todas las
salsas”: bautismos, matrimonios, defunciones, concentraciones, fiestas.
Tampoco como algo que ofrecemos a Dios para que nos lo contabilice en nuestro provecho..
La Eucaristía o fracción del pan la hacemos en
torno a una mesa compartida
por un grupo fraternal de
creyentes, que se sienten convocados
por el Señor, que participan de lo aportado por
cada uno y que con lecturas, cantos, signos, plegarias y
libres aportaciones de cada uno
recordamos la Última Cena, tratando de
que produzcan entre nosotros esa carga
vivencial que producía en las primeras comunidades.
Comer
el pan es asimilarse a la persona de Jesús y a su actividad histórica como
norma de vida. Comer el pan es
alimento para hacer el camino. Y “Beber de la Copa” es identificarse con “su sangre derramada
por todos”. Es, por
tanto “participamos por los demás”. Entrega y servicio a los demás. Tenemos que unir el comer el pan con el “lávense los pies unos
a otros” y otras frases
evangélicas que invitan al
amor-servicio como mandamiento
nuevo y testamento de Jesús.
La Eucaristía la celebramos en un grupo de iguales, en el que nadie habla en posesión de la verdad, ni manda,
ni impone, ni censura,
ni condena, ni obliga.
Tras las lecturas expresamos
públicamente el mensaje que
nos envían, lo que pensamos, lo que sentimos, nuestros deseos,
inquietudes, preocupaciones, utopías.
Alguien de la comunidad, mujer, hombre, es
elegido para coordinar o animar
la celebración. Marcará su
ritmo y es símbolo de unión con
otras comunidades.. No lo hace todo, los diversos
carismas recuperan su valor. El celebrante es
toda la comunidad.
Toda Eucaristía es una
concelebración de todos los
miembros de la comunidad.
Los terceros domingos
de mes nos encontramos en Antequera en una reunión más masiva representantes de las comunidades de Málaga.
Anualmente tenemos dos
encuentros de comunidades, uno a nivel andaluz y otro a nivel nacional. Saludo fraterno a todos hermanos."
Manolo GONZÁLEZ.
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