Yo acompaño a una comunidad cristiana de base en Santiago de Chile que partió de una toma de terreno. De gente muy pobre.
En el mundo popular, la Iglesia se va construyendo de a poco. Al final, las parejas llegan a tener una casa, forman una familia. Pero al principio parte de una pareja joven, que tienen un niño o una niñita. A veces fracasa esta relación y comienzan otra. Él aporta un niño, ella otro, tienen un tercero.
Es decir, la familia se va armando poco a poco y no se llegan a casar por la Iglesia nunca, o alguna vez. Deciden casarse cuando tienen una casa en la cual viven juntos. Y para esto pueden pasar 10, 15 o 25 años. ¿No le vas a dar la comunión a una familia que es cristiana porque no está en regla? ¿Porque ha tenido una historia?
Si el Evangelio no es para esta gente, está todo mal. Es una Iglesia en salida que se pone en la situación del que está en lo último, que está queriendo llegar al último. Y, si no llega a éste, todo lo que está entre medias es cuestionable
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