La República es un periódico de
Perú, de donde se ha sacado este artículo.
La República (Perú)
Jueves 5 de abril de 2018
El
gobierno de Dios y de la derecha
Alberto
Adrianzén
La última elección
presidencial en Costa Rica es, acaso, la más reciente demostración de la
importancia política que vienen alcanzando las corrientes evangélicas y/o pentecostales en América Latina. Si
bien el candidato Fabricio Alvarado Muñoz, ex diputado, ex presentador de
televisión, cantante y compositor de música evangélica ha perdido las
elecciones presidenciales en segunda vuelta frente a Carlos Alvarado, también
cantante, pero de una banda de rock progresivo, y militante del centro
izquierda, su presencia y actuación en estas elecciones no deja de sorprender a
propios y extraños.
Fabricio Alvarado
ganó la primera vuelta, entre otras causas, al enfrentarse a una resolución de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, dada a conocer en los momentos de
la campaña electoral, que reconocía en su país y otros más en América Latina,
el matrimonio entre personas del mismo sexo. También por oponerse abiertamente
al aborto y al derecho de los grupos GLBT. Alvarado, en uno de sus discursos
dijo: "Queremos una Costa
Rica con esos principios y esos valores que nos enseñaron desde niños y que se
han ido perdiendo, pues se ha tratado de sacar a Dios de la Constitución, de la
educación, y yo creo que a Dios hay que meterlo en el gobierno".
Hoy en países de
Centroamérica como Guatemala, Honduras y Nicaragua los grupos evangélicos
(también se les puede llamar cristianos, pentecostales o neopentecostales)
representan un poco más del 40 por ciento de la población; mientras que, en
otros países de la región, como en Brasil, su influencia política es
significativa. Una figura importante de los sectores evangélicos en este país,
es Jair Bolsonaro, exmilitar, diputado y máxima figura del Partido Social
Cristiano (PSC). Bolsonaro al votar a favor del juicio político a la
expresidenta Rouseff no solo reivindicó la tortura durante la dictadura militar
en su país sino también al torturador de la expresidenta.
En uno de sus
primeros discursos por el PSC, Bolsonaro dijo en el Congreso: "Dios está
por encima de todo, no me vengan con eso de Estado laico, el Estado es
cristiano, y la minoría que esté en contra de eso que se cambie de país" (www.eldesconcierto.cl/2017/07
/23/jair-bolsonaro-el-ultra-de rechista-que-quiere-y-puede-se
r-presidente-de-brasil/). En la actualidad es candidato a la presidencia
y ocupa el segundo lugar, después de Lula, en todas las encuestas. Se calcula
que los sectores evangélicos o cristianos podrían estar bordeando el 20 por
ciento de la población en América Latina.
Por eso es un error
calificar lo sucedido en Costa Rica, como lo hace el diario El País, como una "derrota
del populismo evangélico". Más allá del uso abusivo y hasta ridículo que
hace este diario (y también muchos intelectuales, políticos y periodistas) del
concepto "populista", lo cierto es que estamos frente a una ofensiva integrista y conservadora que está
permitiendo la unidad entre sectores evangélicos y católicos.
En realidad, no son
necesariamente coincidencias teológicas lo que une a estos sectores sino más bien plataformas políticas y conservadoras que
buscan oponerse a una concepción laica del Estado y de la sociedad, y al
carácter privado de la religión, y que buscan controlar el poder para
imponer, como dice Bobbio del integrismo, "un sistema de vida y pensamiento
(global y unitario) aplicados a todas las necesidades de la sociedad
moderna". Expresiones de esta nueva alianza en nuestro país,
son los colectivos "Con mis hijos
no te metas" o "Padres
en Acción", como también las marchas por la vida donde desfilan juntos evangélicos (o
cristianos) y católicos conservadores.
Por eso me parece importante redefinir a estos grupos religiosos no como
populistas sino como parte de un movimiento mayor que lo podemos calificar de
extremismo de derecha, conservador, tradicionalista y reaccionario, y que va más allá del discurso religioso, y que
están propiciando, como ha dicho el New York Times (07/02/18) un nuevo conservadurismo cultural y provocando, como afirma un
reciente artículo de la BBC sobre Brasil (03/04/18), que "las ideas
conservadoras más generales están disfrutando un nuevo renacer". Estamos frente a un nuevo momento conservador
que busca su legitimidad a través de la religión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario