El lunes pasado, un día antes del voraz incendio, publicamos un artículo de Agustín Cabré. En un párrafo dice:
"Pero la cristiandad no ha aprendido esa lección. Cuando cae un templo físico a causa de un derrumbe, la noticia aparece en los periódicos con caracteres alarmantes. Cuando desaparece una persona a causa de cualquier violencia, la nota quizá figure como dato necrológico para satisfacer la curiosidad de los lectores.
"Pero la cristiandad no ha aprendido esa lección. Cuando cae un templo físico a causa de un derrumbe, la noticia aparece en los periódicos con caracteres alarmantes. Cuando desaparece una persona a causa de cualquier violencia, la nota quizá figure como dato necrológico para satisfacer la curiosidad de los lectores.
Hemos distorsionado el evangelio".....
Es realmente llamativo, que ante este desastre, donde sucumben cientos de años de historia de la humanidad, se escuchan voces que muchas veces critican el sostener este tipo de edificios, llamativo y reconfortante, sea cual fuere el motivo por el cual se mueven.
Nosotros los cristianos, creemos debemos lamentar lo sucedido, pero sin olvidar que en definitiva es un edificio. En este momento estamos viviendo la "tortura" de nuestro hermano mayor, Jesús, no lo perdamos entre el fárrago de noticias, Él y tantos otros hermanos que viven situaciones de despojo, marginalidad. Millones de desplazados en el mundo y nadie corre a socorrerlos. Los millonarios del mundo corren a restaurar un edificio, que tendrá su valor, no lo negamos. Hay que restaurarlo, para que siga dando renta, a ellos mismos, dueños de "vidas y haciendas"; si muere Jesús, mejor! así no hace cuestionar; pero no entienden que El, resucita y sigue pidiendo "no me adoren; síganme"!!-
Quizá el esqueleto del templo, sea el signo de nuestro tiempo, así se ve la iglesia que estamos construyendo......
Quizá el esqueleto del templo, sea el signo de nuestro tiempo, así se ve la iglesia que estamos construyendo......
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