“La agitación que perturba a la Iglesia Católica demuestra la escala y magnitud de este huracán en el que el único protagonista fuerte parece ser el Papa Bergoglio , porque no está resguardando intereses ni buscando soluciones de emergencia. Quiere quedarse y oponerse al desastre derribando uno a uno todas las creencias de religiones falsas donde el rosario se muestra en mítines contra los refugiados , o del presidente de los Estados Unidos mostrando la Biblia (en el lado equivocado) frente a la Casa Blanca, mientras su policía a caballo aleja a la multitud de una protesta pacífica ", escribe Furio Colombo , periodista y político italiano, fue redactor jefe de L'Unità , en un artículo publicado porIl Fatto Everyday , 25-10-2020. La traducción es de Luisa Rabolini .
Aquí está el artículo.
Los periódicos y la televisión se ven obligados a abrir con noticias cada vez más alarmantes sobre la pandemia . Es inevitable, porque el riesgo es grave, siempre está muy cerca, y cualquiera puede ser el enemigo que le lleva la infección al otro. Y ningún país, ningún individuo podría estar a salvo, como nos muestran las noticias diarias con cruel evidencia.
Pero también el violento enfrentamiento en EEUU (que llamamos "político" y "electoral" para hacer comprensible el evento) podría desequilibrar repentinamente a todos los países y a todos los ciudadanos del mundo, creando conflictos en cadena. Mientras tanto, parece que una peligrosa división sacudirá a la Iglesia católica . El intento es deshacerse de un Papa que ve y describe, no para la iglesia, sino para todos, lo que está sucediendo (especialmente el flujo de lava del falso cristianismo en busca de exclusión, rechazo, cierre, guerra) porque ve los signos de un Apocalipsis que se perfila con toda la violenciaque siglos de espantosas expectativas (religiosas y no religiosas) han dado la pesadilla de la destrucción. Los tres huracanes parecen estar vinculados por un temblor de golpes violentos que parecen preceder a un terremoto. Cuando un presidente estadounidense da a conocer y confirma que no aceptará el resultado de la votación porque dice que será falso, apresuradamente reorganiza la Corte Suprema de su país para preparar el apoyo más confiable para la maniobra violenta que prepara, es inevitable imaginar un proyecto de enfrentamiento violento (o sumisión).
En el caso, totalmente inédito en la vida estadounidense (y en toda la vida democrática) de un líder no reelegido que ya no pretende exponerse al juicio de la ciudadanía, establece su sede electoral en la presidencia del país y pretende hacer parecer un retador. molestia inútil.
Si todo sucediera (es posible por el voto del exterior ampliado por correspondencia) según el plan, y con el desarrollo ya a la vista de los extremistas organizados hace mucho tiempo, se perdería el equilibrio del país más grande y poderoso del mundo.
Pero dije " voto por correspondencia " porque, debido a la pandemia del "coronavirus" (una infección en expansión que aún no se ha descifrado, aún está por curar), muchos ciudadanos no irán a las urnas y emitirán votos por correspondencia sobre los que no hay control. De hecho, ni los ciudadanos ni los médicos tienen ningún control sobre la pandemia que de pronto ha comenzado a extenderse por el mundo, transformando los sueños angustiados de los miedos de la ciencia y las profecías de las religiones, en una extraña e incomprensible realidad cotidiana.
Para la pandemia, que permanece sin explicación, las imágenes de lo que les sucede a los pacientes son la única y tremenda herramienta de información que tenemos. Es extraña la relación entre la enfermedad, que necesariamente se vive como una guerra contra un enemigo incomprensible, y la fragmentación desordenada de la política que debe crear y organizar líneas de defensa y, en cambio, exhibe una voluntad de destrucción de la misma calidad (mala y mala). extremo) de la enfermedad. En todo trabajo de imaginación, en este punto, uno reza. Y esto sucede con los creyentes, en las formas doctrinales de la relación con Dios y con quienes lo representan, y con los no creyentes, que en todo caso lanzan una solicitud de ayuda, aunque no sepan quiénes serían bienvenidos.
El tercer huracán, el duro y despectivo ataque de creyentes y cardenales , contra un Papa culpable de difundir y repetir un lenguaje de Dios nunca escuchado antes, nos obliga a enfrentar un misterioso apocalipsis donde el colapso se extiende desde las instituciones que controlan el mundo a una iglesia que cuenta mucho en el mundo, mientras millones de personas viven su propia agonía solitaria, separada de cualquier institución y de otras personas, incluso de sus seres queridos.
La turbulencia que inquieta a la Iglesia Católica demuestra la escala y magnitud de este huracán en el que el único protagonista fuerte parece ser el Papa Bergoglio , porque no está protegiendo intereses ni buscando soluciones de emergencia. Quiere quedarse y oponerse al desastre volcando una a una todas las creencias de las religiones falsas donde se muestra el rosario en los mítines contra los refugiados , o el presidente de los Estados Unidos mostrando la Biblia (en el lado equivocado) frente a la Casa Blanca, mientras su policía a caballo aleja a la multitud de una protesta pacífica. Por tanto, los tres huracanes son tres rostros escuálidos diferentes de un tormento que se atrapa en la imaginación de quienes sienten un gran peligro, ver el frente de quienes lo defienden desprotegidos (solo elPapa Bergoglio ? ¿Es posible?) Y aguarda la muy pausada llegada de los "buenos", la ciencia y la política fraternales, como la que describe Francisco en " Fratelli tutti ".
No hay comentarios:
Publicar un comentario