Pedagógicamente la liturgia nos invita a caminar a través de estas cuatro fiestas: “Ascensión”, “Pentecostés”, “Trinidad” y ahora “El cuerpo de Jesús”. Busca que vayamos reconociendo al Dios siempre presente, que camina con nosotros alentando nuestra esperanza y lo podemos encontrar en cada mesa, cuando hacemos comunión entre hermanos y hermanas.
- Al celebrar el “CUERPO DE JESÚS”, se nos viene esta expresión: “Tenemos que PONERLE EL CUERPO a la vida, al estilo de Jesús”. Jesús no adora a Dios, vive en Dios. Ese vivir en Dios lo convoca a ponerle el cuerpo a la buena noticia del Reino, del Sueño de Dios: “todas somos hijas e hijos de Dios”, por eso “cada ser humano es digno”. Cada ser humano es “Barro y Aliento de Dios” (Gn.2,7).
- En medio de un mundo tan machista, tan racista, tan patriarcal, donde el dios el dinero exige el sacrificio de las grandes mayorías y la explotación de la Madre Tierra hasta arrancarle todos sus recursos, esta afirmación, “tod@s somos dign@s”, es un escándalo y… es Buena Noticia para toda la humanidad.
- Hay que tener mucho coraje, lucidez y ternura para ponerle el cuerpo a esta Buena Noticia de Jesús. Las y los invitamos a celebrar esta fiesta del CUERPO DE JESÚS desde esta perspectiva.
Tenemos “la Palabra”, “la vela”, “algo para compartir” en nuestra “MESA” y otros símbolos que sean significativos para ustedes. Entremos en sintonía de celebración
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