Proclamar la Palabra de Dios usando todos los medios disponibles". San Antonio María Claret (*) cumpliendo este mandato, pasamos las
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En aquellos días, uno de Baal-Salisá vino a traer al profeta Eliseo el pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano reciente en la alforja.
Eliseo dijo: «Dáselos a la gente, que coman.»
El criado replicó: «¿Qué hago yo con esto para cien personas?»
Eliseo insistió: «Dáselos a la gente, que coman. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará.»
Entonces el criado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor. Palabra de Dios
Que todas tus criaturas te den gracias,
Señor, que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias
Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente. R/ Abres tú la mano, Señor, y nos sacias
El Señor es justo en todos sus caminos,
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R Abres tú la mano, Señor, y nos sacias
Segunda Lectura de la carta de Pablo a los Efesios
Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. Palabra de Dios
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos.
Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?» Lo decía para tentarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.
Felipe contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.»
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?»
Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo.»
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.»
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido.
La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.»
Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo. Palabra del Señor
Dgo XVII.- Juan 6,1-15
EL PROYECTO DE JESÚS
En este relato evangélico, Jesús nos muestra a través de un encuentro campestre, en que consiste el proyecto del Padre sobre las mujeres, los hombres, sus hija /os.
Nosotros en nuestros encuentros casi sin darnos cuenta, hacemos algo parecido a lo que narra el evangelista, Él nos convoca, nosotros saboreamos La Palabra, compartimos penas y alegrías, planificamos ayudas, pedimos ayudas, agradecemos la vida, terminamos compartiendo lo que cada uno trajo y si alguien no pudo, nadie pregunta parte y reparte; cuando participo, veo el ambiente fraterno, me viene al recuerdo “la multiplicación de los panes”… Es el clima en que vivía aquella comunidad cristiana, deseosos del encuentro, en la que todos están integrados y todos colaboran de alguna forma. Se trata de una realización cristiana del “proyecto de Jesús”, una actualización de las primeras comunidades cristianas que vivían como auténticas fraternidades. Su empeño en compartir multiplica los panes y peces de su pobreza y llega para todos y aún sobra.-
Da tristeza escuchar hablar de obligaciones a ciertos hermanos. ¡Qué alegría me produce, en cambio escuchar a hermana/os que confiesan: “estaba deseando llegara el encuentro, realmente extraño no vernos” ir a una fiesta por obligación no tiene sentido, pero cuando esta es la fiesta de la amistad, la fraternidad, el encuentro con el Señor y la/os hermanos es una verdadera gozada!!
¡Ojalá sepamos organizar y vivir la comida del Señor como una verdadera fiesta de amiga/os-hermana/os! Así la pensó Jesús.-
Breve reseña del comentario del Dgo XVII, Tpo. Ord. De la comunidad de Juan 6,1-15, de “El Don de La Palabra” (2002) de Atilano ALAÍZ. Autorizado por el autor, realizada por J.E.Bernadá.
COMPARTIR EL PAN
«Cuando falta la fraternidad, sobra la eucaristía»
Ningún evangelista ha subrayado tanto como Juan el carácter eucarístico de la «multiplicación de los panes». Su relato evoca claramente la celebración eucarística de las primeras comunidades. Para los primeros creyentes, la eucaristía no era solo el recuerdo de la muerte y resurrección del Señor. Era, al mismo tiempo, una «vivencia anticipada de la fraternidad del reino».
Durante muchos años hemos insistido tanto en la dimensión sacrificial de la eucaristía que podemos olvidar otros aspectos de la cena del Señor. Quizá hoy tengamos que recordar con más fuerza que esta cena es signo de la comunión y fraternidad que hemos de cuidar entre nosotros y que alcanzará su verdadera plenitud en la consumación del reino. La eucaristía tendría que ser para los creyentes una invitación constante a vivir compartiendo lo nuestro con los necesitados, aunque sea poco, aunque solo sean «cinco panes y dos peces».
La eucaristía nos obliga a preguntarnos qué relaciones existen entre aquellos que la celebramos, pues, siendo «signo de comunión fraterna», se convierte en burla cuando en ella participamos todos, los que viven satisfechos en su bienestar y quienes pasan necesidad, los que se aprovechan de los demás y los marginados, sin que la celebración parezca cuestionar seriamente a nadie.
A veces nos preocupa si el celebrante ha pronunciado las palabras prescritas en el ritual. Hacemos problema de si hay que comulgar en la boca o en la mano. Y, mientras tanto, no parece preocuparnos tanto la celebración de una eucaristía que no es signo de verdadera fraternidad ni impulso para buscarla.
Y, sin embargo, hay algo que aparece claro en la tradición de la Iglesia: «Cuando falta la fraternidad, sobra la eucaristía» (Luis González-Carvajal). Cuando no hay justicia, cuando no se vive de manera solidaria, cuando no se trabaja por cambiar las cosas, cuando no se ve esfuerzo por compartir los problemas de los que sufren, la celebración eucarística queda vacía de sentido.
Con esto no se quiere decir que solo cuando se viva entre nosotros una fraternidad verdadera podremos celebrar la eucaristía. No tenemos que esperar a que desaparezca la última injusticia para poder celebrarla. Pero tampoco podemos seguir celebrándola sin que nos impulse a comprometernos por un mundo más justo.
El pan de la eucaristía nos alimenta para el amor y no para el egoísmo. Nos impulsa a ir creando una mayor comunicación y solidaridad, y no un mundo en el que nos desentendamos unos de otros.
José Antonio Pagola
Más allá de las estadísticas, más o menos orientadas, el problema del hambre se hace siempre más grave en el mundo. No habrá solución si no hay cambio de sistema. Por increíble que parezca, la propuesta de Jesús es de una actualidad desconcertante. Leemos en el evangelio de san Juan 6, 1-15:
Jesús atraviesa el Mar de Galilea. No es sólo un traslado geográfico. Recuerda la travesía del Mar Rojo, cuando los Hebreos salieron de la esclavitud de Egipto, hacia la tierra prometida. Ahora Jesús quiere realizar un nuevo éxodo, porque esa tierra de la libertad se ha transformado a su vez en tierra de opresión y esclavitud. El pueblo de Israel es humillado y explotado por sus autoridades en su propia tierra.
Con motivo de la pascua, toda la gente iba a Jerusalén para sacrificar y comer el cordero pascual, en memoria de la noche gloriosa de la liberación. Pero ahora se realiza un movimiento enorme y contradictorio: sin duda muchos siguen yendo al templo de Jerusalén, pero en cambio “una gran multitud” acude a Jesús, a la otra orilla del mar. “Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos”. Es el nuevo Moisés, el caudillo del éxodo.
Piensa en las necesidades de la gente, en el hambre que debe tener. La pregunta a Felipe quiere llegar a una gran enseñanza: “¿Dónde compraremos pan para darles de comer?”.
El hambre de la gente es una exigencia tan grave e ineludible, que durante la travesía del desierto había puesto en riesgo el mismo éxodo: “Ojala hubiéramos muerto por mano del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan en abundancia. Ustedes, en cambio, nos han traído a este desierto en que todo ese gentío morirá de hambre”. Si hay que salir de un sistema de opresión y explotación, ¿de qué otra manera la gente podrá sobrevivir?
En larga disquisición Zenit-Español Vaticano, informa sobre la discusión del valor o no de la celebración post-Vaticano II y quienes reivindican el latín y de espaldas al público (para nosotros el pueblo)
........" Nosotros, un profesor de sociología y teología (y asistente al TLM) y un científico de datos con doble doctorado en demografía y sociología, nos hemos esforzado por remediar la falta de datos transparentes".....(discuten sobre si el papa, está de acuerdo como los anteriores o no)
INFORME de: La Diaria.- 24-7-24 (copete del Blog)
" Vance es un milenario neocatólico en un Estados Unidos secularizado que sigue siendo el centro de Occidente. Abrazar la fe es una forma de disidencia cultural, una disidencia que, si bien es genuina, puede funcionar bien en una alianza con neopaganos y anti- tecnócratas religiosos del Valle del Silicio que gobiernan el mundo", escribe Massimo Faggioli , profesor de Historia y Teología en la Universidad de Villanova, en Estados Unidos, en un artículo publicado por La Croix International , el 22-07-2024. Según él, "si es elegido junto a Donald Trump, JD Vance no sólo podría acabar dirigiendo el país, sino también contribuir desde ese púlpito a cambiar la Iglesia católica en Estados Unidos".
El 15 de julio, menos de una semana antes de que Joe Biden abandonara la carrera presidencial, Donald Trump eligió a JD Vance , el senador de Ohio de 39 años (elegido en noviembre de 2022) como su compañero de fórmula. De ser elegido junto a Trump el 5 de noviembre, Vance sería el segundo vicepresidente católico en la historia de Estados Unidos después de Biden . Sin embargo, sería el primer católico “converso” reciente en llegar a esta posición, y esto dice mucho sobre las trayectorias teológicas y políticas de la Iglesia en los Estados Unidos.