A través de un “motu proprio” (por iniciativa propia), una decisión ejecutiva del Papa que puede equiparse a un decreto presidencial en un estado democrático, Francisco decidió reconfigurar el estatuto del Opus Dei en el seno de la Iglesia Católica para recortarle atribuciones y potestades que le habían sido conferidas por Juan Pablo II (1920-2005). 

Mediante una resolución difundida en los últimos días por el Vaticano con el título es “Ad charisma tuendum” (“Para tutelar el carisma”) y que entrará en vigencia el próximo 4 de agosto, el papa Francisco impuso al Opus Dei la obligación de presentar cada año un informe “sobre el estado de la Prelatura y sobre el desarrollo de su labor apostólica" (antes lo hacía cada cinco años)