domingo, 17 de febrero de 2013

1er Dgo CUARESMA, comenta JUANJO,desde Asunción.

JUANJO,  desde su nuevo destino misionero en LAMBARÉ , Asunción nos comenta el 1er Dgo de CUARESMA
er. Domingo de Cuaresma…
Aunque tenemos fe, muchas veces estamos o nos sentimos “errantes”…perdemos el rumbo (en lo concreto), nos vienen distintas propuestas que pueden hacernos preguntar: ¿vale la pena tener Dios? ¿Vale la pena seguirlo?¿ No sería mejor la vida sin ninguna exigencia, norte, camino…sino seguir a donde nos venga a cada momento? O también cuando nos suceden desgracias, mientras tratamos de vivir con fe…(hoy un niño de 7 años, de la comunidad y de una familia muy comprometida, falleció de dengue…fuerte la prueba…).

El Pueblo de Dios caminó por el desierto, salvado por Dios, que lo sacó de la esclavitud, intervino en su favor. Dios actuó: “yo te saqué de Egipto”…, y el pueblo le respondió, a veces sí, a veces no. Es fácil el camino para apartarse de Dios…
En Jesucristo, todos los pueblos hemos sido salvados, reconciliados con Dios: El que murió y resucitó. En Él está nuestra fe.
Pero este Jesús pasó por la prueba, la tentación, no el pecado…”compartió nuestra condición humana en todo menos en el pecado” dice la Carta a los Hebreos…). Las tentaciones de Jesús nos hacen vislumbrar que Dios descendió a los infiernos en Jesús, comprobó nuestra debilidad, pero sobre todo nos hizo triunfar sobre el mal.
El Espíritu conducía a Jesús, también al desierto, prescindiendo de todo lo que está alrededor, de los demás, del alimento, de las seguridades…Y allí fue tentado: tentaciones de transformar la piedra en pan (contentarse con el alimento, con lo que está a nuestro alcance, con el “vivir”, lo que vestimos, lo que comemos, las preocupaciones cotidianas, el trabajo…lo de cada día…sin la palabra de Dios, sin Dios: un mundo que se organiza sin Dios, y que muchas veces se vuele contra el mismo hombre). El éxito fácil sin esfuerzos, la propia glorificación, aun cuando no haya fidelidad, esa es la otra tentación de Jesús. Y finalmente, el poder…
La única y principal tentación es, en el fondo, prescindir de Dios, actuar como si El no existiera. No dejar a Dios su lugar de Dios en nuestra vida. Y eso nos sucede en la vida diaria, cuando creemos que todo depende de nosotros, cuando en realidad sólo si nos adherimos a Cristo, podremos vencer sobre el mal que nos acosa.
Cuaresma es tiempo de caminar a la Pascua, a la vida nueva, a una existencia iluminada, llena, plena de la presencia de Dios, en nuestros corazones, en nuestras relaciones, en la construcción de este mundo…
Solo con El, habrá vida nueva. Eso es el bautismo, que celebramos y renovamos en cada Pascua. Así vale la pena vivir.


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