domingo, 10 de febrero de 2013

Juanjo, desde Lambaré,Asunción, comparte sureflexión del domingo 5º, T.Ordinario

JUANJO comparte con nosotros su reflexión de La Palabra del 5º Dgo. T. Ordinario
     Desde su nuevo destino misionero  en LAMBARÉ, Asunción, Paraguay
Dios cuenta con nosotros/as… (Con ocasión de las lecturas del 5 domingo)
Si hay algo que señalan las lecturas de este domingo, es la distancia tremenda entre Dios y nosotros, o mejor entre nosotros y Dios…
El es santo, él vive en la gloria, lo alaban los serafines…el profeta hombre de labios impuros, pecador…

Cuando Pedro se abre a la posibilidad de que alguien le enseñe el camino, luego de una jornada frustrada de pescador…”maestro, jefe…en tu nombre lo haremos”, cuando ve las redes llenas viene y le dice: “Señor soy un pecador”.
Lo mismo hay que decir de Pablo, que se considera el último de los apóstoles, pero apóstol por la gracia de Dios y no por méritos propios…
b. Por otra parte: este Dios, se acerca al ser humano, a la criatura, lo purifica (Isaías), lo convierte (Pablo, de perseguidor en perseguido), le ofrece un nuevo camino, como en el caso de Pedro. Lo hace partícipe de su vida y misión. Es curioso el Evangelio:
Jesús trasmite palabra de Dios: la gente lo busca por eso, está ávida de Dios (ayer como hoy, pero no siempre encuentra palabra de Dios, mensaje de Dios, presencia de Dios…). Y Jesús que habla a todos, sin embargo, también cuenta con la ayuda de Pedro, le pide la barca, pero más aún: tiene un proyecto para su vida.
Pedro, más allá de su fracaso como pescador (no había pescado nada), se abre a la posibilidad de que alguien la ayude…escucha las Palabras de Jesús y accede, obedece…Cuando uno está abierto, cuando uno no se cree dios (sabelotodo, poderoso, autosuficiente), hay posibilidad de vida nueva, de nuevos escenarios. Dejarse conducir, dejarse enseñar, por los otros, por la vida, por Dios…
La fe es aceptar, vivir y proclamar, que mi vida no es una casualidad, sino que existe una llamada de amor que entrecruza mi existencia, desde la eternidad. Alguien que me llama a la vida, a la fe y al seguimiento de Jesús, a comprometer mi existencia según sus designios de amor…Alguien que me llama continuamente, y desafía lo más hondo de mi ser, aun lo más escondido de mi ser, a fin de que fructifique en vida…
Eso aceptó Isaías, y su vida se transformó: no le pesó su ser de pecador, porque Dios actúa en lo pequeño y frágil. Eso aceptó Pedro, y la pesca fue fecunda…y a pesar de su confesión de pecador (aléjate porque soy un pecador) Jesús lo convierte en pescador de hombres…Eso aceptó Pablo, y el señor lo hizo apóstol de los gentiles…
¿Qué espera el Señor de cada uno de nosotros/as? ¿Qué me ha dado, cuál es mi historia transformada, cuál es mi experiencia de fe, qué me pide vivir hoy? Todos los días, a cada instante, Dios nos llama, a veces con voces de afuera, pero para hacer resonar la voz que está en lo más hondo de nosotros/as. Él está. Y espera lo mejor de cada uno/a. Amén.


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