25 Tiempo ordinario (C)
Lucas 16, 1-13
NO SOLO
CRISIS ECONÓMICA
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
“No podéis servir a Dios y al Dinero”.
Estas palabras de Jesús no pueden ser olvidadas en estos momentos por quienes
nos sentimos sus seguidores, pues encierran la advertencia más grave que ha
dejado Jesús a la Humanidad. El Dinero, convertido en ídolo absoluto, es el
gran enemigo para construir ese mundo más justo y fraterno, querido por Dios.
Desgraciadamente,
la Riqueza se ha convertido en nuestro mundo globalizado en un ídolo de inmenso
poder que, para subsistir, exige cada vez más víctimas y deshumaniza y
empobrece cada vez más la historia humana. En estos momentos nos encontramos
atrapados por una crisis generada en gran parte por el ansia de acumular.
Prácticamente,
todo se organiza, se mueve y dinamiza desde esa lógica: buscar más
productividad, más consumo, más bienestar, más energía, más poder sobre los
demás… Esta lógica es imperialista. Si no la detenemos, puede poner en peligro
al ser humano y al mismo Planeta.
Tal vez, lo
primero es tomar conciencia de lo que está pasando. Esta no es solo una crisis
económica. Es una crisis social y humana. En estos momentos tenemos ya datos
suficientes en nuestro entorno y en el horizonte del mundo para percibir el
drama humano en el que vivimos inmersos.
Cada vez es
más patente ver que un sistema que conduce a una minoría de ricos a acumular
cada vez más poder, abandonando en el hambre y la miseria a millones de seres
humanos, es una insensatez insoportable. Inútil mirar a otra parte.
Ya ni las
sociedades más progresistas son capaces de asegurar un trabajo digno a millones
de ciudadanos. ¿Qué progreso es este que, lanzándonos a todos hacia el
bienestar, deja a tantas familias sin recursos para vivir con dignidad?
La crisis
está arruinando el sistema democrático. Presionados por las exigencias del
Dinero, los gobernantes no pueden atender a las verdaderas necesidades de sus
pueblos. ¿Qué es la política si ya no está al servicio del bien común?
La disminución
de los gastos sociales en los diversos campos y la privatización interesada e
indigna de servicios públicos como la sanidad seguirán golpeando a los más
indefensos generando cada vez más exclusión, desigualdad vergonzosa y fractura
social.
Los seguidores
de Jesús no podemos vivir encerrados en una religión aislada de este drama
humano. Las comunidades cristianas pueden ser en estos momentos un espacio de
concienciación, discernimiento y compromiso. Nos hemos de ayudar a vivir con
lucidez y responsabilidad. La crisis nos puede hacer más humanos y más
cristianos.
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