“ UNA NUEVA PRÓRROGA….”
Tiempo para aprender a amar.-
“El modo de felicidad de la otra vida marca el
sentido de ésta.. Es preciso vivir para
los valores que perdurarán, que, en definitiva, no son otra cosa que
modalidades del amor. Todo lo demás no
puede tener en nuestra vida otra categoría que la de “medios”. Lo contrario es una insensatez. El Abbe Pierre define magistralmente la
vida: “ Es un tiempo que se nos concede para aprender a amar”
Porque el cielo consistirá en amar.
Se trata por lo tanto, de construir una convivencia de amistad, de
fraternidad, de justicia,
de amor, es decir, el Reino de Dios. La esperanza de la vida futura no solo
no nos
excusa de preocuparnos de
mejorar ésta, sino que nos
compromete más y más.
Dice le
concilio: “Los bienes de la dignidad
humana, de la unión fraterna y de la libertad y todos los demás bienes que son
fruto de nuestro trabajo y esfuerzo, después de haberlos propagado por la
tierra en el Espíritu del Señor, según su mandato, volveremos a encontrarlos de
nuevo cuando Cristo entregue al Padre “ el reino eterno y universal, reino de
verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y
paz.” Este reino está ya misteriosamente
presente en nuestra tierra, con la venida del Señor se consumará su
perfeccionamiento” (GS39)
Lo que ha de constituir la dicha y bienaventuranza en el
mas allá, lo ha de construir en el más acá. Por eso hay que
empezar la fiesta de la amistad, hay que
empezar a saborear la dicha de la solidaridad, de la familia unida, de la comunidad fraterna, del compartir, Jesús de
Nazaret, quiere que convirtamos la tierra en
un cielo, en el tiempo de los
aperitivos del gran Banquete. Por tanto
NO OLVIDEMOS ESTAMOS EN LAS VÍSPERAS DE FIESTA YA TIENE MUCHA DE FIESTA. TENGAMOS, PUES, LA VÍSPERA DE
FIESTA EN PAZ.
Versión libre autorizada de parte del
comentario de Atilano Alaiz, al Dgo 32º del T.Ord.. 2M 7,1-29-14, Ts2, 16-3,5;Lc20,27-38
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