martes, 17 de junio de 2014

Recibido de ARNALDO ZENTENO, S.J. desde NICARAGUA.

LA MUJER "PROMÍSCUA"     
                                 Frei Betto
El papa Francisco convocó para octubre el Sínodo de la Familia. Dom Damasceno, el cardenal-arzobispo de Aparecida, será uno de los presidentes de la reunión, destinada a actualizar la pastoral de la Iglesia Católica con relación al tema.
La familia, tal como la conocemos ahora, es una institución reciente, hija de la modernidad. Hoy día nuevas formas de unión conyugal y la frecuencia de sucesivas uniones obligan a la Iglesia a revisar conceptos y actitudes.
A la argentina Jaquelina Lisbona, casada hace 19 años con un divorciado, se le prohibió comulgar el día de la confirmación de sus hijas, en la ciudad de San Lorenzo, porque su marido, Julio Sabetta, ya había estado casado. El párroco dijo que, aunque ella se confesara, al volver a casa estaría de nuevo en pecado…
Jaquelina, en setiembre del 2013, envió una carta al papa Francisco preguntándole qué hacer, pues para ella no tiene sentido el participar en la misa sin poder recibir la eucaristía. No tenía la menor esperanza de obtener respuesta. Pero en abril sonó el teléfono en su casa y al otro lado de la línea la voz se identificó como “aquí habla el padre Bergoglio”. Tras disculparse por la demora en responderle, el papa dijo que ella “está libre de pecado" y que debía comulgar “tranquilamente” en otra parroquia para no tener problema con el sacerdote que le negó el sacramento. “Hay sacerdotes que son más papistas que el papa”, dijo Francisco. Y añadió que también su marido Julio podía comulgar: “El divorciado que comulga no está haciendo nada malo”.
Hace algún tiempo en la televisión alemana el entrevistador le preguntó a un obispo si le daría la comunión a un divorciado. El prelado dijo que no. Luego le preguntó si se la daría a una mujer que hubiera cambiado cinco veces de marido y ahora viviera con un sexto hombre que no era su marido. El obispo, con expresión indignada, afirmó que tal mujer actuaba de forma contraria a la voluntad de Dios y a las leyes de la Iglesia. “Una promiscua no tiene derecho de acercarse a la eucaristía”, exclamó.
El entrevistador sonrió como el pescador que ve caer el cardumen en la red y comentó: “Esta ‘promiscua’, que usted excluye de la salvación, es la samaritana que Jesús encontró a la orilla del pozo de Jacob, según el capítulo 4 del evangelio de Juan”. A continuación el obispo se retiró de la entrevista.
Una de las características de la espiritualidad de Jesús es el antimoralismo. En ningún momento acusó él a la samaritana, cuya fama conocía, de libertina, ni le aconsejó poner fin a su rotatividad conyugal. Al contrario, percibió allí un corazón sediento de amor y la elogió por decir la verdad. Y a ella se le reveló como el Mesías.
La samaritana, entusiasmada, regresó al pueblo para anunciar que se había encontrado con el que estaban esperando. Lo que significa que fue, de hecho, la primera apóstola.
El Sínodo de la Familia deberá discutir cuestiones candentes, como el divorcio y la unión entre personas del mismo sexo. Y demostrar que la Iglesia es madre, y no la bruja retratada en historias para niños.
Frei Betto es escritor, autor de “Hambre de Dios”, entre otros libros. (16-6-2014)

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