21-06-2015 12 Tiempo Ordinario – B Marcos 4,35-40
¿POR QUÉ SOMOS TAN COBARDES?
«¿Por qué
sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?». Estas dos preguntas que Jesús dirige a
sus discípulos no son, para el evangelista Marcos, una anécdota del pasado. Son las preguntas que han de escuchar los seguidores de Jesús en
medio de sus crisis. Las preguntas que nos hemos de hacer también hoy:
¿Dónde está la raíz de nuestra cobardía? ¿Por qué tenemos miedo ante el futuro?
¿Es porque nos falta fe en Jesucristo?
El relato es
breve. Todo comienza con una orden de Jesús: «Vamos a la otra orilla».
Los
discípulos saben que en la otra orilla del lago Tiberíades está el territorio
pagano de la Decápolis. Un país diferente y extraño. Una cultura hostil a su
religión y creencias.
De pronto se
levanta una fuerte tempestad, metáfora gráfica de lo que sucede en el grupo de
discípulos. El viento huracanado, las olas que rompen contra la barca, el agua
que comienza a invadirlo todo, expresan bien la situación: ¿Qué podrán los seguidores
de Jesús ante la hostilidad del mundo pagano? No solo está en peligro su
misión, sino incluso la supervivencia misma del grupo.
Despertado
por sus discípulos, Jesús interviene, el viento cesa y sobre el lago viene una
gran calma. Lo sorprendente es que los discípulos «se quedan espantados». Antes
tenían miedo a la tempestad. Ahora parecen temer a Jesús. Sin embargo, algo
decisivo se ha producido en ellos: han recurrido a Jesús; han podido
experimentar en él una fuerza salvadora que no conocían; comienzan a
preguntarse por su identidad. Comienzan a intuir que con él todo es posible.
El
cristianismo se encuentra hoy en medio de una «fuerte tempestad» y el miedo
comienza a apoderarse de nosotros. No nos atrevemos a pasar a la «otra orilla».
La cultura moderna nos resulta un país extraño y hostil. El futuro nos da
miedo. La creatividad parece prohibida. Algunos creen más seguro mirar hacia
atrás para mejor ir adelante.
Jesús nos
puede sorprender a todos. El Resucitado tiene fuerza para inaugurar una fase
nueva en la historia del cristianismo. Solo se nos pide fe. Una fe que nos
libere de tanto miedo y cobardía, y nos comprometa a caminar tras las huellas
de Jesús.
José Antonio Pagola
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