Los cardenales pierden el pudor
Publicado
el 04.09.2015 JOSÉ LORENZO |
Redactor jefe de Vida Nueva nº 2.954
Cuando
falta menos de un mes para la trascendente asamblea sinodal sobre la familia,
se multiplican las tomas de postura a
favor o en contra de una actitud más comprensiva con los divorciados vueltos a
casar, tema ciertamente minoritario, sí, pero que va camino de
convertirse en otra marca de la casa de este pontificado, empeñado en recuperar
la misericordia y la mirada maternal.
Francisco
mide sus palabras y busca los momentos para extender el abrazo de la Iglesia sobre quienes han
padecido ese u otros fracasos,
como ahora sobre quienes han
abortado. Nada nuevo, aunque algunos crean que el cielo se abrirá de un momento
a otro para fulminar al argentino, a quien verían con agrado en una residencia
en Buenos Aires.
Bergoglio
no bendice, pero no condena ni destierra fuera de la casa a quienes están en
esos supuestos. Sin embargo, en
esa misma casa se remueven algunos cimientos. Cuando la
comunión se ha utilizado como piedra angular o arrojadiza, según tocase,
sorprende que una pequeña cohorte de cardenales busque enmendarle la plana a
este Papa, cuando hasta ahora no pocos de los miembros de este colegio se
entretenían alicatando hasta el techo de divinidad, infalibilidad y santidad la
roca de Pedro.
¿Se
imaginan levantando siquiera una dubitativa ceja ante Juan Pablo II? No vamos a recordar la
anécdota que circula sobre la audiencia que le concedió al bueno de Bueno Monreal, pero da
la sensación de que algunos cardenales han empezado a perder el pudor
(esperemos que no el respeto, aunque de todo se oye por ahí) y –¡quién lo
hubiese dicho!– acabarán deconstruyendo el papado jerárquico y humanizándolo al
presentar abiertamente
en los foros públicos sus posicionamientos contrarios.
Ya
sabíamos de libros escritos a cinco pares de manos purpúreas para apuntalar la
“verdad” de la familia. Ahora aumenta a casi una docena, que lo harán en otra publicación de próxima aparición,
y hasta dos de esos cardenales (de un total de tres ponentes) participarán en
unas jornadas previas al
Sínodo organizadas por el cardenal Cañizares en Valencia.
Dicen
quienes están en contacto con Francisco
que estos gestos no le intimidan. Es más, él pidió un debate
sincero. Pero también dicen que actuará con la libertad del Espíritu.
Y eso sí será un best seller.
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