martes, 3 de noviembre de 2015

7° CONGRESO NACIONAL DE Ceb´S. Conclusiones...

MENSAJE FINAL
Las Comunidades Eclesiales de Base, reunidas los días 24 y 25 de Octubre de 2015 en la ciudad de Tacuarembó bajo el lema “Comunidades con Esperanza y Alegría anunciando el Reino” queremos compartir la alegría de haber reunido a más de 600
laicos y laicas, junto a obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, así como delegaciones de los países hermanos de Argentina, Brasil y Paraguay.



En el marco de un encuentro pleno de fraternidad, fe y esperanza, deseamos expresar nuestra convicción sobre el papel protagónico de las pequeñas comunidades en la construcción de una Iglesia sencilla y misionera así como de una sociedad más justa, solidaria y humana, siempre con “la Palabra de Dios como fuente de su espiritualidad” (DA, 179), alentando a nuestras comunidades a continuar avanzando en esta forma de  hacer Iglesia.
Partiendo de un contexto social con sus luces y sombras, reafirmamos la idea que como cristianos debemos participar codo a codo junto a tantos hermanos y hermanas en la lucha por un mundo mejor, donde podamos superar las escandalosas diferencias sociales que todavía hoy sacuden al mundo entero, los procesos de exclusión que aún sufren miles de uruguayos, los modelos económicos que ponen a la supuesta riqueza material por encima de la sustentabilidad ambiental de los territorios, o las culturas del consumismo y del egoísmo que atentan contra los valores de la solidaridad y la búsqueda del bien común.
Luego de haber trabajado en varios talleres en torno a las temáticas de “Encuentro y Misión”, “Encuentro y Jóvenes” y “Encuentro con lo diferente”, afirmamos que nuestras comunidades no pueden ser ajenas a los retos que insume  la tarea evangelizadora en la Iglesia y en el mundo. Por eso junto al Papa Francisco, quien se hizo presente en el   Encuentro por medio de una carta que mucho queremos destacar, recordamos la necesidad de ser Iglesia misionera y comprometida, fieles testimonios de la Iglesia de Cristo, asumiendo los retos que deparan los tiempos en los que nos toca actuar, con espíritu servicial y humilde así como con vocación de diálogo y encuentro.
Finalmente, queremos agradecer a la Diócesis de Tacuarembó su generosa hospitalidad, saludando especialmente a Mons. Julio Bonino en el marco de sus 25 años de servicio como Obispo, ejemplo de compromiso con los más humildes y con la defensa de un medio ambiente cada vez más agredido. Sus sueños son nuestros sueños, su lucha es nuestra lucha.
En Tacuarembó, a los 25 días del mes de Octubre de 2015.

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