miércoles, 21 de diciembre de 2016

LLAMA LA ATENCIÓN QUE LLAME A LA ATENCION LO QUE DEBIÓ SER SIEMPRE ASÍ, FRESCURA, SENCILLEZ, HUMANISMO, UN SERVIDOR de JESÚS ASI de SENCILLO,




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(ZENIT – Ciudad del Vaticano).-  El papa Francisco, como ya ha realizado en otras ocasiones con otras oficinas de la Curia, ha visitado por sorpresa el Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización. Esta mañana, el Santo Padre se ha dirigido a este dicasterio, que se encuentran en la vía de la Conciliación. De este modo –informa L’Osservatore Romano– ha podido dar las gracias a los superiores, oficiales y empleados por el “gran esfuerzo organizativo realizado durante el jubileo extraordinario de la misericordia”.
Ha llegado de forma imprevista, hacia las 11.20 y acompañado tan solo por un gendarme. El Papa ha sido recibido por el presidente Rino Fisichella y ha pasado unos quince minutos con todos los presentes. “Demostrando un gran sentido de humanidad y de amistad hacia nosotros –ha explicado el prelado al periódico del Vaticano– el Papa ha querido felicitarnos personalmente por las fiestas de Navidad, renovando su agradecimiento por lo que hemos hecho en el Año Santo”. Un gesto de fraternidad, tal y como lo ha definido monseñor Fisichella.

Asimismo ha indicado que todos en el Pontificio Consejo se han quedado impresionados por su “afabilidad”. Nos ha contado la propia alegría por la experiencia del jubileo –ha concluido– y nos ha señalado en particular la importancia de los misioneros de la misericordia.


El Papa concede la libertad condicional a Vallejo Balda
Vallejo Balda
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha decidido conceder la libertad condicional a Lucio Ángel Vallejo Balda, condenado a prisión en el conocido como caso Vatileaks II, por filtración de documentación reservada de la Santa Sede.
En un comunicado distribuido por la oficina de prensa de la Santa Sede se informa que considerado que el sacerdote español ha ya descontado más de la mitad de la pena, el Santo Padre le ha concedido el “beneficio de la libertad condicional”.
Se trata de una concesión de clemencia que le “permite adquirir de nuevo la libertad”.  La pena no se ha concluido, pero goza de libertad condicional. “A partir de este noche el sacerdote deja la cárcel y cesa todo tipo de relación laboral con la Santa Sede y vuelve a la jurisdicción del obispo de Astorga, su diócesis de pertenencia”.

Pésame del Papa por el asesinato del embajador ruso en Turquía
Ankara - © Pixabay
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha manifestado su pésame por el violento ataque que sucedió ayer en Ankara, Turquía, que provocó la muerte del embajador ruso en este país, Andrei Karlov. En un telegrama firmado por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y enviado al presidente ruso, Vladimir Putin, Francisco muestra su cercanía especialmente a la familia del fallecido.  
Su Santidad –indica el mensaje– se entristeció al enterarse del violento ataque en Ankara, que provocó la muerte del embajador Andrei Karlov. Por eso, el Santo Padre “envía condolencias a todos los que lloran su pérdida, y de manera especial a los miembros de la familia del embajador Karlov”. “Al encomendar su alma a Dios Todopoderoso”, el Papa Francisco asegura al presidente Putin y a todo el pueblo de la Federación Rusa “sus oraciones y su solidaridad espiritual en este momento”.
Además, monseñor Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados, llamó por teléfono esta mañana al embajador ruso ante la Santa Sede, Alexander Avdeev. De este modo –ha informado la oficina de prensa de la Santa Sede– ha expresado su pésame por el homicidio del diplomático ruso.   
El embajador ruso en Turquía, Andréi Kárlov, fue asesinado este lunes en la capital. El atacante clamaba venganza por Alepo al dispararle. El suceso tuvo lugar en la inauguración de una exposición fotográfica en un céntrico barrio de Ankara. El atacante, un joven de 22 años procedente de Aydin, fue neutralizado en el mismo edificio por la policía.


El Papa pide el fin de “la locura homicida del terrorismo”
Papa Francisco @ Servicio Fotográfico - Osservatore Romano
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha querido mostrar su cercanía a las víctimas del atentado que tuvo lugar este lunes en Berlín, cuando un camión se dirigió a la multitud en un mercado navideño. El atropello ha dejado 12 muertos y decenas de heridos. Por esto, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, ha enviado un telegrama, en nombre del Papa, dirigido a monseñor Heiner Koch, arzobispo de Berlín.  
Con profunda conmoción –indica el mensaje– el Santo Padre Francisco se ha enterado del terrible acto de violencia ocurrido en Berlín. Su Santidad “manifiesta la propia participación al luto de los familiares expresando la propia compasión y asegurando su cercanía a su dolor.
Asimismo, asegura que en la oración encomienda a los difuntos a la misericordia de Dios y suplica por la “sanación de los heridos”.
Por otro lado, el Santo Padre también agradece “a los servicios de emergencia y seguridad por su compromiso activo”.  En esta misma línea, el Papa se “une a todos los hombres de buena voluntad que se empeñan para que la locura homicida del terrorismo no encuentra más espacie en nuestro mundo”. En este sentido, el Pontífice “implora de Dios Padre misericordioso la consolación, la protección y la reconfortante bendición”.


Barbara Jatta, nueva directora de los Museos Vaticanos
Barbara Jatta - © Museos Vaticanos
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha nombrado directora de los Museos Vaticanos a Barbara Jatta, hasta ahora vicedirectora. Desempeñará el cargo a partir del 1 de enero de 2017.
Barbara Jatta, nació en Roma el 6 de octubre de 1962, y se licenció en Letras en la Universidad La Sapienza en 1986 y el año siguiente el diploma de archivista en la Escuela Vaticana de Paleografía, Diplomática y Archivística. En 1991 se especializó en Historia del Arte en la Escuela de Especialización de la Universidad de los Estudios de Roma y, sucesivamente, dio clases de Historia de la Gráfica y de las Técnicas de Incisión. Asimismo ha publicado artículos, recensiones y catálogos de exposiciones especializadas.
Desde 1994 es profesora de Historia de las gráficas en la Universidad de Nápoles, en el Instituto Sor Orsola Benincasa, y en el ámbito de la Licenciatura en Letras, dirigido a Conservaciones de Bienes Culturales. Entró en la Biblioteca Apostólica Vaticana en 1996 y fue responsable del Gabinete de Impresiones hasta el nombramiento, en 2010, como curadora del Departamento de gráficos impresos.
El pasado mes de junio fue trasladada de la Biblioteca Vaticana a la dirección de los Museos Vaticanos, con el encargo de vicedirectora. Está casada y tiene tres hijos.

Berlín: El cardenal Marx invita a “permanecer unidos” tras el atentado
Foto: © YouReporter
(ZENIT – Roma).- Berlín ha sido escenario de un nuevo atentado terrorista. En la tarde de este lunes, la trágica escena vivida en junio en Niza se ha repetido. Un camión se lanzó contra la multitud en un mercado navideño, provocando muertos y heridos.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha declarado que “con la información disponible” todo apunta a que lo ocurrido, que costó la vida a 12 personas y dejó heridas a otras 48 (18 graves), se debe a un “atentado terrorista”.
Además, el Gobierno alemán ha confirmado que el detenido como supuesto autor del crimen es un paquistaní de 23 años, con antecedentes por delitos menores, que “había pedido asilo en la capital alemana a primeros de este año”. El arrestado, que ha negado los hechos que se le imputan, no estaba en las bases de datos de sospechosos de terrorismo.
Por su parte, el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal alemana ha querido transmitir su pésame y cercanía. “Las noticias que llegan desde Berlín me han sacudido profundamente”, ha asegurado. La violencia en el mercado de Navidad –ha indicado– es lo contrario de lo que los visitantes deseaban.
Garantizando oraciones por las víctimas, por los heridos y sus familiares, el cardenal Marx ha añadido: “En este momento difícil para la ciudad de Berlín y para nuestro país, es importante que permanezcamos unidos como una sociedad y estemos juntos”.
Hoy, a las 18.00, está prevista la celebración de una misa en la Gedächtniskirche, la iglesia evangélica que se encuentran en la calle del atentado. Allí se abrirá un registro para quien quiera dar el pésame.

Madre Esperanza, la religiosa que  “leyó el alma de Jacqueline Kennedy”
José María Zavala - © JMZ
(ZENIT – Roma).- “Madre Esperanza. Los milagros desconocidos del alma gemela del Padre Pío”, es el libro que profundiza en la vida y obra de la Madre Esperanza, una religiosa española fundadora del Santuario del Amor Misericordioso de Collevalenza. Una mujer que “leyó el alma de Jacqueline Kennedy” y que fue beatificada en el 2014. El autor, José María Zavala, ha tenido acceso a los archivos de la Congregación, a la Positio y sobre todo a testimonios y dos diarios inéditos de personas muy significativas que trataron a la Madre Esperanza y que revelan detalles desconocidos sobre su relación con San Juan Pablo II, el Padre Pío y San Josemaría Escrivá de Balaguer. La primera edición del libro se agotó en 24 horas, al día siguiente de presentarlo con Iker Jiménez en el programa de televisión Cuarto Milenio, donde el autor colabora.
¿Cómo nació la idea de escribir este libro?
— José María Zavala: Pura Providencia. Fui a vivir con mi familia el año pasado a Murcia sin saber muy bien qué se nos había perdido allí, barajando diversos asuntos laborales. Pero en el momento más inesperado, un sacerdote me habló por primera vez de la Madre Esperanza, añadiendo: “Tienes que escribir su biografía para darla a conocer en España”. Me dejó un folleto sobre ella y, conforme lo leía, me convencí de que debía escribir ese libro. A partir de entonces, me embarqué en un viaje a Collevalenza y a Roma, donde pude entrevistarme con testigos aún vivos que trataron a la Madre Esperanza durante muchos años, y acceder al formidable Archivo del Santuario del Amor Misericordioso.
¿Cómo fue la tarea de documentación?
— José María Zavala: Manejar también la Positio, es decir, el proceso de canonización de la Madre Esperanza, como me sucedió en su día con el Padre Pío para componer un libro que lleva ya dieciséis ediciones en España y ha sido traducido en Italia, fue una experiencia maravillosa y un inmenso privilegio. En la Positio hay un auténtico arsenal de documentos, muchos de ellos inéditos, que salen a relucir ahora en el libro, junto a los diarios desconocidos también del padre Mario Gialletti, secretario de la Madre Esperanza hasta el momento de su muerte, y de Pietro Iacopini, uno de sus hijos más queridos.
Además de dar a conocer a la Madre Esperanza, ¿qué ofrece este libro?
— José María Zavala: Por ejemplo, el testimonio escrito ex profeso para el libro de los padres de Francesco María, el niño cuya milagrosa curación sirvió para que el Papa Francisco autorizara el decreto de beatificación a la Madre Esperanza en 2014. Y muchas más cosas: el día en que la Madre Esperanza empezó a vomitar sangre, llegando a empapar cuatro toallas enteras, sabiendo que faltaban escasas horas para que el turco Ali Agca atentase contra Juan Pablo II en la plaza de San Pedro, el 13 de mayo de 1981. Aquella misma madrugada, avisaron al médico personal de la religiosa, Tommasso Baccarelli. En cuanto vio a su paciente, dispuso una transfusión de sangre urgente, alegando que de lo contrario se moriría.
Pero mientras le practicaban los pertinentes análisis para determinar su grupo sanguíneo, el doctor Baccarelli se quedó estupefacto al comprobar que su nivel de glóbulos rojos era completamente normal. Aun así, la Madre Esperanza no dejó de vomitar sangre, entre estertores, hasta que supo que la vida de Juan Pablo II estaba ya fuera de peligro. La reconstrucción de lo que sucedió aquel día en la celda de la Madre Esperanza he podido hacerla con los testimonios que obran en la Positio, entre ellos la declaración de Sor Amada, que estuvo en todo momento a su lado y a quien conocí en persona en Collevalenza.
¿Por qué llamarla “el alma gemela del Padre Pío”?
— José María Zavala: Eran como dos gotas de agua, espiritualmente hablando. Ambos tuvieron los estigmas de Jesucristo en manos, pies y costado durante más de medio siglo, así como el don de bilocación (la posibilidad de estar en dos lugares distintos al mismo tiempo), el de introspección de conciencias, curaciones milagrosas, profecía…  Y en el caso de la Madre Esperanza, también multiplicaba alimentos con los que daba de comer a más de 3.000 personas cada día en Roma, durante la Segunda Guerra Mundial. Y por si fuera poco, también convertía el agua en vino.
Al Padre Pío y a la Madre Esperanza les unía también la dolorosa persecución que ambos sufrieron por parte de la propia Iglesia.
¿Cómo fue el encuentro con Jacqueline Kennedy?
— José María Zavala: La joven viuda del ex presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, llegó a Collevalenza el 15 de noviembre de 1967. La más joven First Lady en la historia de su país tenía entonces treinta y ocho años y casi toda una vida por delante, tras el terrible atentado que costó la vida a su marido cuatro años antes, pero su alma se debatía entre fuertes convulsiones.
Le acompañaba aquel día el embajador español ante la Santa Sede, Antonio Garrigues y Díaz-Cañabate, a quien las malas o tal vez indiscretas lenguas atribuían entonces un romance inconfesable con la bella y elegante dama norteamericana. La viuda de JFK estuvo reunida con la Madre Esperanza, quien, tras leer su alma, le dio algunos consejos para acercarse a Dios y dar sentido a su vida de intenso sufrimiento.
¿Por qué cree que la vida y obra de Madre Esperanza es poco conocida en España?
— José María Zavala: Ella, en efecto, ejemplifica muy bien que nadie es profeta en su tierra. Pero le diré que ya hay millares de personas nuevas que la conocen a través de su libro, cuya primera edición se agotó en tan sólo 24 horas tras presentarse en el programa Cuarto Milenio, que dirige Iker Jiménez, con quien colaboro. Esa misma noche no pude conciliar el sueño respondiendo a los centenares de mensajes de personas que habían visto el programa y quedaron impactados por la figura de la Madre Esperanza.
Ha tenido acceso a dos diarios inéditos de personas que trataron a la Madre Esperanza y que revelan detalles desconocidos sobre su relación con San Juan Pablo II, el Padre Pío y San Josemaría Escrivá de Balaguer. ¿Podría adelantarnos algo al respecto?
— José María Zavala: Empecemos, si le parece, por San Juan Pablo II. El entonces arzobispo de Cracovia, Karol Wojtyla, visitó a la Madre Esperanza en Collevalenza, en 1964, con el fin de que le diese la clave para desbloquear el proceso de beatificación de Sor Faustina Kowalska… ¡y ella se la dio! El Padre Pío los puso en contacto.
El Padre Pío y ella se vieron durante un año entero en bilocación en el Santo Oficio, y ambos se enviaban recíprocamente almas para ser atendidas.
San Josemaría Escrivá de Balaguer mantuvo también estrecho contacto con ella en el Madrid de 1935. El fundador del Opus Dei residía entonces en la Academia DYA, que estaba en la misma calle Ferraz donde también vivía la Madre Esperanza. San Josemaría la visitaba a menudo en compañía de Isidoro Zorzano, uno de los primero numerarios del Opus Dei, y trataba de consolarla ante la brutal persecución que sufría entonces ella por parte de la Iglesia.
   



Comentario a la liturgia – Misa de Nochebuena
Old Latin Bible for daily meditation and prayer
(ZENIT – México).-  Textos: Isaías 9, 1-3.5-6; Tito 2, 11-14; Lucas 2, 1-14.
Idea principal: Hoy, Nochebuena, nace Cristo para nosotros y nos invita a festejarla con nosotros.
Resumen del mensaje: “Hoy” nos ha nacido el Salvador. Este “hoy” quiere significar que lo que celebramos en la Navidad no es un simple aniversario, sino un “sacramento’, o sea una actualización sacramental del hecho salvífico del nacimiento humano del Hijo de Dios.
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, la Navidad es la condensación del “ayer” de Belén y del “mañana” de la última venida del Señor en el “hoy” de la celebración de este año, que es un acontecimiento siempre nuevo, no sólo un recuerdo folclórico de hechos pasados. “Hoy”, después del duro y cruel destierro, estamos viendo una Luz grande que nos brilla y nos salva. “Hoy” hay gozo y alegría por esta victoria y liberación. “Hoy” de la estirpe de David-Rey nos ha nacido un Niño, que es el Libertador, el Dios Fuerte, Príncipe de la paz . “Hoy” ese Niño instaura su Reino y nos trae su gracia divina, el derecho, la justicia (primera lectura).
En segundo lugar, este Dios que en Cristo nos trae “hoy” la salvación, lo hizo a través de su entrega. Así nos rescató de toda iniquidad y nos purificó. Esto nos exige “hoy” llevar una vida digna, sobria, justa y piadosa; renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos (segunda lectura). Sólo así podemos festejar su fiesta con Él.
Finalmente, “hoy” María sigue buscando un lugar, un corazón, donde poner su Hijo Jesús. “Hoy” José nos pide una ayuda para limpiar y adecentar nuestro pesebre interior. “Hoy” María nos ofrece a su Hijo para nuestra adoración y admiración. “Hoy” cada uno de nosotros podemos envolverle con los pañales de nuestro amor y cariño. “Hoy” podemos cantarle como hicieron los ángeles en esa bendita noche con las voces de nuestra fe y humildad. “Hoy” deberíamos ir corriendo a la gruta, como los pastores, para ofrecerle lo mejor que tenemos y somos: “nuestro requesón, manteca y vino” como dice el villancico.
Para reflexionar: ¿Tengo el corazón abierto y limpio para hospedar a este Niño Jesús que viene humilde para traerme la salvación “hoy”? ¿Hay algo “hoy” que me impide abrirle la puerta de mi posada? ¿Qué es? ¿Tendrá que pasar de largo María porque encontró todo cerrado en mí?
Para rezar: Ten mi corazón, Jesús. Quiero que nazcas en él y me llenes de todas tus gracias, para que pueda hoy repartirlas entre mis hermanos. Amén.




San Pedro Canisio – 21 de diciembre
San Pedro Canisio
(ZENIT – Madrid).- Este insigne apóstol de Alemania, incansable apologeta que siguió los pasos de san Bonifacio en la evangelización germana jesuita, no se concedió ni un instante para sí, haciendo de su vida un permanente acto de ofrenda a Cristo.
 Nació el 8 de mayo de 1521 en la localidad holandesa de Nimega. Su influyente familia pertenecía a la nobleza; su padre era el alcalde de su ciudad natal. Fue el primogénito de dos hermanos, y de ocho vástagos más que nacieron del segundo matrimonio de su progenitor, quien contrajo nuevas nupcias al enviudar. Todos los hijos fueron educados en la fe tanto por él como por sus dos esposas. En 1536 Pedro inició sus estudios en la universidad de Colonia. Y fue allí donde la eficaz labor apostólica de dos sacerdotes le fueron conduciendo hacia una vida espiritual intensa. El segundo, Nicolás van Esche, que fue su confesor, le sugirió leer el evangelio todos los días y le proporcionó las pautas elementales de la oración. Solía frecuentar el monasterio cartujo de santa Bárbara.
Fue un alumno excepcional. En 1540 obtuvo el Magister en Teología. Entonces vivía en un estado de búsqueda, y se hallaba a la espera de que Dios le mostrara el camino a seguir, mientras barajaba la opción sacerdotal. Todo se concretó al conocer al jesuita Pedro Fabro en 1543; le había puesto en contacto con él otro jesuita compañero de estudios. Se trasladó a Maguncia expresamente para hablar con el beato, y quedó bajo su amparo. Después hizo los ejercicios espirituales, y en mayo de ese año ingresó en la Compañía de Jesús. El noviciado coincidió con la muerte de su padre y decidió distribuir los cuantiosos bienes que le legaron entre los pobres, estudiantes sin recursos y también entre los jesuitas. Le encomendaron la delicada misión de dirigir como vicesuperior a la reducida comunidad que quedó en Colonia tratando de esquivar el decreto de expulsión que pendía sobre los conventos. Y en 1544 comenzó a dedicarse a la predicación, acción apostólica que le distinguiría y en la que obtuvo grandes conversiones.
Profesó en mayo de 1545. Le avalaba su prestigio en la universidad cuando le designaron para participar en la Dieta de Worms donde se dirimían los conflictos entre protestantes y católicos. Otra de sus actuaciones se produjo en el ámbito de la diplomacia. Trabajaba arduamente, consciente de que no tenía ni un instante para sí, como expresaba al padre Fabro en sus cartas. Fue ordenado en junio de 1546 y en agosto de este año moría el beato, noticia que Pedro acogió con incontenible emoción ya que se había formado bajo su tutela. La situación eclesial era gravísima porque el arzobispo Max Hermann von Wied se había involucrado en la herejía y le habían excomulgado. Las misiones diplomáticas que Canisio llevó a cabo fueron esenciales para el mantenimiento de la fe en Colonia; por ellas se le califica como «el más importante e intrépido defensor de la religión». Se distinguió por su celo apostólico, la oración, la meditación y la caridad que mostraba hacia todos. Fue un apologeta de la fe, cuya defensa efectuó con rigor y respeto, imbatible en su manera de refutar los errores.
En 1547 participó en el Concilio de Trento, trabajando con Diego Laínez y Alfonso Salmerón. En calidad de teólogo había acompañado al prelado de Austria. Después se trasladó a Roma por indicación de san Ignacio de Loyola, que se ocupó personalmente de completar su formación. Se doctoró en 1549. Humilde, obediente y dispuesto a todo por Cristo, partió a Messina para trabajar en un colegio infantil. Reconoció: «Me apego a la obediencia, con el corazón. Obligo al espíritu a no inclinarse». Cuando se entrevistó con el papa Pablo III, sabiendo que iba a partir a Alemania, se postró de hinojos en la basílica de san Pedro rogando fervientemente la bendición de los apóstoles Pedro y Pablo. Salió confortado: «Allí he sentido que un gran consuelo y la presencia de la gracia me eran concedidas por medio de estos intercesores (Pedro y Pablo). Ellos confirmaban mi misión en Alemania y parecían transmitirme, como apóstol de Alemania, el apoyo de su benevolencia. Tú conoces Señor, de que manera y cuantas veces en ese mismo día me has confiado Alemania, a la que luego cuidaré y por la cual deseo vivir y morir».
Con la magnánima resolución de no defraudar a Cristo y a sus superiores transcurrió el resto de su vida entre Alemania, Austria y Holanda, siendo incansable apóstol, insigne profesor, ardiente predicador y reconciliador que supo tocar la fibra íntima de los apartados de la fe. Pacificador y mediador en graves conflictos, hombre de gran visión y sabio gobierno, por donde pasaba surgían vocaciones y, con ellas, el incremento de sacerdotes. Fue fundador de colegios, vice gran canciller y rector universitario, administrador de la diócesis de Viena, a su pesar, por expresa indicación del papa Julio III, y reputado autor. Retazos de sus experiencias místicas ponen de relieve su pasión por Cristo: «Tú, al final, como si me pudieses abrir el corazón del Santísimo Cuerpo, que me parecía ver delante de mí, me has mandado beber en esa fuente, invitándome por decir así a sacar las aguas de mi salvación de tus fuentes, oh mi Salvador».
Entre sus obras se halla el famoso compendio de doctrina cristiana, luego convertido en catecismo, que sería objeto de numerosas traducciones y reediciones. En 1556 Ignacio lo designó provincial de Alemania hallándose bajo su jurisdicción: Austria, Bohemia, Baviera y el Tirol. En tres décadas recorrió miles de kilómetros evangelizando a las gentes. «Descansaremos en el cielo», decía. Todos, fueran o no creyentes, le estimaban. Fue designado nuncio por Pío IV, y Pío V le encomendó asistir a la Dieta de Augsburgo. Los últimos diecisiete años de su vida los pasó en Friburgo, animando, consolando, estudiando, escribiendo e impulsando las fundaciones. Murió el 21 de diciembre de 1597 contemplando a María. Pío IX lo beatificó el 20 de noviembre de 1864. Pío XI lo canonizó y declaró doctor de la Iglesia el 21 de mayo de 1925.





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