CUARESMA,
TERCER DOMINGO (Jn. 4,5-42)
SOLO
ELLA LA SAMARITANA ¿?
Como casi todo relato tiene una finalidad catequética. Juan nos brinda en esta una
narración, una catequesis sobre Jesús que se le brindaba a los catecúmenos de
las primitivas comunidades cristianas.
La Samaritana nos representa a todos laicos,
clérigos que en nuestras vidas, en determinados momentos corremos detrás de
escalar posiciones, conseguir honores,
títulos, en busca de confort, felicidad,
prestigio, vamos por la vida de posta en posta, pero con el “cántaro”
de la verdadera felicidad vacío, somos laicos y clérigos sedientos como la Samaritana. Buscamos fuera lo que gratuitamente se nos dio
por dentro. “No busques más mujer…..YO soy el agua viva”
Hagámonos
todos esta pregunta con
frecuencia ¿Soy yo acaso, la
Samaritana?
No importa seamos cristianos
practicantes, clérigos piadosos…Algún pastoralista deducía de un estudio sociológico: “las iglesias están llenas de infieles” . Muchos creemos que creemos, esto hace mucho daño, es obvio; creerse creyente hace que no
busquemos…
Todos
en algún momento sentimos el aguijón de
esta inquietud, quizá no sabemos interpretarlo, nos sentimos incompletos,
insatisfechos, como que no hacemos algo más, o no hacemos nada…otras veces rehuimos
encontrarnos con nosotros mismos para así eludir responsabilidades posteriores. Hacemos como la Samaritana en el momento del
encuentro con Jesús: distraemos la atención, Jesús le advierte; si conocieras el don de Dios y quién es qel
que te pide de beber, le pedirías tú a
él y él te daría agua viva..” Es preciso
ponerse a solas con Dios y con uno mismo, como hizo el pródigo: “ Entrando dentro de sí” (Lc. 15,17), recapacitó, se dio
cuenta de su miseria y de la abundancia de bienes de la casa paterna
Comentario del Don de la Palabra de Atilano Alaiz, en
versión libre abreviada autorizada por el autor, realizada por J.Eduardo Bernadá.
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