jueves, 31 de agosto de 2017

SIGLOXXI, LA CIENCIA DEJ´'O DE SER UN COTO SOLO DE HOMBRES......

¿Cuál es la relación del patriarcado con la ciencia?
Es factible identificar un método en común, utilizado por las ciencias, para legitimar la superioridad masculina
A lo largo de la historia, las prácticas políticas que implicaron la violación sistemática de los derechos de las mujeres y la imposición de una norma de conducta sexo-específica necesitaban un amparo científico capaz de legitimarlas. Como consecuencia, las investigaciones orientadas al estudio de las diferencias biológicas entre los sexos siempre buscaban "confirmar" la inferioridad de la mujer como un universal que, a su vez, utilizando tal sesgo como justificación, era excluida de la propia producción del conocimiento científico. 

Por supuesto, es importante a destacar que, en la antigüedad, la ciencia era patrimonio casi exclusivo de los hombres ...


A lo largo de las Edad Media , la Iglesia Católica garantiu essa continuidade. Finalmente, com a institucionalização da ciência a partir do século XVII, as mulheres ficaram oficialmente excluídas da produção do conhecimento científico até fins do século XIX, quando se regulamentou o ingresso da mulher nas universidades. Como sustenta Evelyn Fox Keller, hoje, não é a ausência relativa de mulheres o que torna a ciência essencialmente masculina, mas, sim, a própria atividade científica. Ou seja, a natureza de sua metodologia.

O discurso científico sempre sustentou a existência de uma incapacidade inata na mulher?
Sí. Conducto, los argumentos para fundamentarla fueron cambiando de acuerdo con el marco científico en el cual se desarrollaron. Sin embargo, así como se mantiene Diana Maffía , es factible para identificar un método en común, utilizado por las ciencias con el fin de legitimar la superioridad masculina. Este método consiste en: a) poner de relieve las diferencias biológicas y psicológicas natural e inevitable entre los hombres y las mujeres; b) dar prioridad a estas diferencias para que las características femeninas son siempre e inevitablemente más baja que la de los hombres; c) justificar tal situación social de inferioridad biológica de la mujer. 

¿Qué usted investigó en su tesis? 

Siguiendo la línea Análisis MAFFIA, Exploré cómo las diferencias biológicas entre "hombres" y "mujeres" fueron construidas históricamente para legitimar el punto "b". Específicamente, me centé en la nueva cosmovisión de los sexos que comenzó a instalarse a partir del nacimiento de la ciencia moderna, durante el siglo XVII. Propongo que ese punto de inflexión, que significó abandonar la teoría hipocrática-aristotélica-Galénica respecto a los cuerpos, implicó en centralizar las diferencias en el órgano que era común a "ambos sexos": el cerebro. Al convertirse en un objeto de estudio, medible y pesable, fue la piedra angular para garantizar no sólo la subordinación de la mujer, sino también una organización jerárquica regida en términos de raza y de clase. De esta manera, sobre el cerebro se apoyó la polarización de los papeles sociales, que era necesaria para la sociedad precapitalista, en vías de industrialización.

¿Defiende entonces que las ciencias del cerebro fueron centrales para respaldar el papel que la mujer necesitó ocupar en el orden social emergente?
La frenología surgida en el siglo XVIII contribuyó a las justificaciones biológicas que legitimaban la clasificación jerárquica y binaria de los cuerpos, atribuyendo papeles sexuales específicos
Exacto. En mi investigación, describo cómo los discursos protofeministas de los siglos XVII y XVIII, y posteriormente los de las tres ondas del feminismo, intentaron ser neutralizados por los postulados provenientes de las ciencias del cerebro. De esta manera, la frenología surgida en el siglo XVIII - según la cual cada instinto o facultad mental radica en una región precisa del cerebro, que corresponde a un determinado relieve del cráneo - contribuyó a las justificaciones biológicas que legitimaban la clasificación jerárquica y binaria de los cuerpos, Atribuyendo papeles sexuales específicos: la mujer pertenecía por naturaleza al ámbito privado, mientras que el hombre estaba apto para conquistar el espacio público. Considero que la profundización de esa dicotomía, ocurrida durante la segunda mitad del siglo XIX, coincidió con el triunfo definitivo de la teoría de la "localización cerebral".

¿Qué dice esta teoría?
Significó conferir funciones específicas a áreas cerebrales determinadas. El cerebro, que hasta ese momento había sido un órgano inclasificable, comenzó a ser estudiado más allá de las mediciones antropométricas concebidas por la frenología, y posteriormente por la craniología, posibilitando la modernización de los argumentos cerebrales para justificar la incapacidad mental de la mujer. A sumado a estos hechos, a finales de ese siglo, el descubrimiento de la "neurona" como unidad funcional revolucionó la forma de concebir los cerebros y sembró las bases de las actuales neurociencias. En definitiva, con diferentes métodos de comparación y formas de argumentación, según los avances tecnológicos y científico-técnicos de la época, propongo que, a partir de la ciencia moderna, el cerebro operó como el fundamento biológico predilecto para legitimar la opresión de la mujer. Como consecuencia,

¿Cómo se involucró con este asunto? 

Soy licenciada en Biotecnología. Comencé una investigación en la Facultad de Medicina. La idea era descubrir el papel de un receptor que estaba asociado a déficits cognitivos en pacientes con trastornos psiquiátricos, especialmente esquizofrénicos o esquizofrénicos, y que tiene que ver con la capacidad de adaptarse a los cambios en el ambiente. No se sabía lo que, específicamente, ese receptor hacía. Había alguna idea, pero nada concreto. Sin embargo, me llamó la atención haber dicho que sólo utilizan roedores machos para evitar las fluctuaciones hormonales en las hembras. 

¿Existen fluctuaciones hormonales en los ratas?
Son las neurociencias que hoy representan la autoridad científica capaz de respaldar la histórica categorización binaria y jerarquizada de los sexos
Sí, debido al ciclo de ovulación, y se considera que esta fluctuación introduce variables en los ensayos de comportamiento. Tanto es así que hay estudios en Neurociencias concentrados en estudiar en los humanos las habilidades para pruebas cognitivas que se basan en la fase folicular tardía y precoz, que son dos períodos distintos de la etapa de menstruación, donde los niveles de estrógenos varían. 

¿Por qué?

Porque los niveles de estrógenos se asocian a desempeños diferentes para ciertas pruebas, así como la testosterona. Hay pruebas que demuestran una de las diferencias más consistentes entre los sexos, y son los asociados a una capacidad cognitiva llamada habilidad visuoespacial. En líneas generales, está relacionado a cómo el cerebro procesa la información del ambiente para moverse a través del espacio. Se enlaza a la capacidad de abstracción. Esta prueba muestra una de las diferencias más consistentes entre los sexos con el desempeño masculino superando al femenino, y relaciona esto con los niveles de testosterona: mayor testosterona, mejor desempeño. 

Entonces, ¿es cierta la afirmación de que es más difícil para las mujeres que para los hombres leer un mapa, por ejemplo?

La lectura de mapas tiene que ver justamente con esta tarea. Se dice que hay una correlación positiva con los niveles de testosterona. 

¿Y qué hay de verdad? 

Es un tema controvertido, los resultados son contradictorios, porque los experimentos en Neurociencias se caracterizan por tener pocos números de participantes: 10,12, 15, 20 personas. 

¿Tan pocos? 

Hay excepciones que pueden llegar a tener grupos grandes, de hasta 500, inclusive. Sin embargo, en líneas generales, los números son bajos, por la complejidad de los estudios, porque a veces faltan sujetos experimentales, dependiendo de lo que se quiera evaluar puede ser difícil conseguir participantes, y por razones de infraestructura. Pero, sí, se caracterizan por ese número, bajísimo. 

Vamos a reanudar este punto, pero nos quedan los ratones ...

Para evitar la fluctuación hormonal, sólo se utilizaban machos. Si se utilizan sólo machos para descubrir la función de un receptor, lo que se piensa, entonces, es que no hay diferencias en los cerebros entre machos y hembras y entre hombres y mujeres. Porque la idea es extrapolar esos resultados a los humanos. Cuando me pongo a cuestionar la investigación que tiene que ver con las diferencias cerebrales entre hombres y mujeres en la base de datos llamada PubMed - uno de los más grandes disponibles a través de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos - a poner en el motor de búsqueda cerebro humano + Sex diferencia(Cerebro humano + diferencias sexuales), aparecen más de 8.000 artículos con ese título. Es decir, cientos de investigaciones que, en teoría, demuestran las diferencias cerebrales, punto a punto, entre hombres y mujeres. Por ejemplo: el procesamiento de las imágenes eróticas con diferentes patrones de activación neuronal, del humor, del miedo, emociones, capacidades cognitivas, comportamentales. 

¿Cuál es el grado de seriedad de estos estudios, si se realizan con 15 o 20 personas?

Hay un problema: cuando hay un bajo número de muestras, aunque es posible replicar el estudio, esto no significa aumentar el número, porque son dos experimentos diferentes. Es incorrecto estadísticamente. Aunque sea lo que se suele hacer y no está bien. Es necesario reportar las veces que se hicieron el experimento y con qué número de participantes fue realizado. Sin embargo, como los números son bajos, lo que se suele hacer es realizar el experimento dos veces, o más, para aumentar el número de la muestra y reportarlo como un solo estudio. No es correcto. Pero, en general, sólo se realizan una vez, no se replican. Esto se debe al hecho de que la replicación es algo que lleva tiempo, y que "no dará" un resultado innovador, porque ya se realizó una vez, y sólo se estaría comprobando un resultado. Para publicar, no se valora la replicación de experimentos. Por eso, los equipos de investigación no suelen proceder así. Lo que se exige en las revistas científicas es mostrar diferencias significativas en un estudio innovador. Por lo tanto, la confiabilidad estadística en general no es buena.

Lo que usted afirma puede descalificar muchos de los libros cuestión que se venden en librerías, hoy, y que se basan en experimentos de neurociencias para reafirmar las diferencias cerebrales entre hombres y mujeres ...
Me di cuenta de que no se trataba de un error metodológico, que no se daban cuenta de que no usaban hembras, sino, por el contrario, que era el sesgo de usar al macho como índice de referencia
No sé lo que estos libros dicen puntualmente, pero afirmar en términos concluyentes que el cerebro de la mujer es más emocional que el del hombre es falso. En primera instancia, porque no podemos hablar del cerebro como un todo. ¿Qué significa que es más emocional? Hay múltiples estructuras, circuitos, áreas, y diferentes tipos de emociones, no una sola, homogénea, que se correlaciona con un único patrón de activación neuronal. El cerebro es mucho más complejo que una relación lineal "estímulo-respuesta". 

Volvamos a los ratones ...

Primero, empecé a indagar sobre la confiabilidad de las investigaciones que, basándose en el dimorfismo sexual genético-hormonal-genital, proyecta ese dimorfismo en los cerebros. Es decir, dos tipos diferentes de cerebros correspondientes "con su sexo cromosómico". Aclaración que considero polémica esta clasificación binaria para nuestro cuerpo en general, siendo un parámetro normativo para marginar aquellos cuerpos que no se ajustan a dicha norma. Lo interesante de estas investigaciones era que aunque afirmar un dimorfismo sexual cerebral, ese hecho no se reflejaba en los ensayos básicos con roedores. Se cometía el deslizamiento de no evaluar a las hembras. Y me di cuenta de que no se trataba de un error metodológico, que no se daban cuenta de que no usaban hembras, sino, al contrario, que era el sesgo de usar al macho como índice de referencia.

¿El universal? 

Como el hombre es el universal, el macho es el índice de referencia. Hoy en día, en los ensayos preclínicos en general, se utilizan machos. De hecho, en 2014, en los Estados Unidos, el Instituto Nacional de la Salud retiró un anuncio, obligando a que se introdujera el sexo como variable biológica en los ensayos preclínicos, a menos que estadísticamente se demostró lo contrario. 

En el caso de las mujeres, las mujeres y los hombres no son contradictorios, pero, al mismo tiempo, afirma que en los estudios no aparecen diferencias entre los cerebros de mujeres y hombres, ¿no es contradictorio?

La pregunta es muy buena. El primer punto era: si hay un dimorfismo cerebral en los humanos, aquí, no lo estamos registrando y es un problema. Es decir, si hay tanta búsqueda exhaustiva de diferencias cerebrales entre hombres y mujeres, con finalidades clínicas, por qué esas diferencias no aparecen registradas en los ensayos preclínicos? El segundo punto era que las hipótesis de las cuales partieron las investigaciones que afirmaban tales diferencias reproducían los clásicos sesgos sexistas y androcéntricos que servían para legitimar la lectura jerárquica y binaria de los sexos. Si no era válido afirmar la existencia de un dimorfismo cerebral, ¿cómo repercutía este hecho en la práctica clínica? Lo que estoy investigando ahora son las consecuencias clínicas de esta división. 

Finalmente, dejó la ciencia básica y los roedores ...
Si no hay un dimorfismo sexual cerebral, entonces, ¿por qué sería un problema no usar hembras en los ensayos preclínicos
Sí. Mi tesis se basa en la revisión crítica del discurso neurocientífico de la diferencia sexual y el impacto que posee en la investigación biomédica y en la práctica clínica, por ese vacío del que estamos hablando entre el ensayo preclínico y el ensayo clínico y, a su vez Es lo que delinea: si no hay un dimorfismo sexual cerebral, entonces, ¿por qué sería un problema no usar hembras en los ensayos preclínicos. 

¿Y cuáles serían esas consecuencias?

El problema es que, en primer lugar, los ensayos preclínicos no son sólo cerebrales. Los ensayos preclínicos que tienen que ver con las cuestiones farmacológicas, la metabolización de fármacos, que sí, es válida, considero como una aproximación a la contribución del sexo: utilizar como recurso metodológico la clasificación binaria entre machos y hembras. Porque, en grandes rasgos, podemos decir que pueden existir dos tipos de hígados, por ejemplo, para el procesamiento de fármacos. Ahora, es válido afirmar lo mismo para el cerebro? El cerebro no es un órgano aislado. Se puede pensar que si es válido clasificar los sistemas fisiológicos restantes de manera binaria, como recurso metodológico para la práctica clínica, al ser parte del mismo cuerpo, ¿por qué tampoco el cerebro? Podemos decir: si en los sistemas fisiológicos restantes es posible dividir en dos, El cerebro también. El problema es que nuestra especie se caracteriza por la alta plasticidad cerebral ...

¿Que significa eso? 

Es la capacidad de incorporar experiencia. Esto se refleja en nuestro cerebro. Tanto es así que un tipo de genio no predice un tipo de cerebro. Hoy, usted no puede mirar un cerebro y decir si es de hombre o de mujer. 

No se puede identificar? 

No, porque hay un montón de estructuras, de solapamientos, entre lo que categorizamos como hombre y mujer, y más, en un cerebro no hay consistencia lógica. Es decir, no hay estructuras o áreas que sean características sólo de "hombre" o de "mujer", pero, por el contrario, los cerebros son mosaicos: combinaciones de estas estructuras que hoy se etiquetan como "de hombre" y de "mujer".

Hay médicos especializados en neurociencias, con gran presencia mediática, que afirman que las mujeres tienen más facilidad para la multifunción, en razón de las características de los cerebros femeninos. ¿Podríamos también pensar que nos adaptamos a la multitarea, porque fuimos históricamente designados al ámbito del doméstico, que es muy diferente de lo que considera que es una predisposición natural por nuestra característica cerebral? 

¡Exacto! Dije antes que una alta plasticidad cerebral nos caracteriza como especie, y que tenemos la capacidad de incorporar la información y experiencia individual que impacta en nuestro hilo neuronal y que nos devuelve un cerebro singular. No hay un cerebro igual al otro. Bueno, sí, hay estereotipos normativos de género. 

¿Qué impacto tiene el estereotipo de género en nuestra estructura cerebral?
El aprendizaje de nuestras prácticas de género puede reflejarse en nuestros cerebros, y podemos cometer el deslizamiento de pensar que existen diferencias entre "sexos", cuando en realidad se trata de diferencias de género, se aprenden, son programaciones culturales
Yo, sí, creo que las conductas normativas que reproducimos y producimos, como mujeres y hombres, que son los únicos sexos inteligibles hoy, según el discurso científico - aclarar que entiendo los términos hombre y mujer como categorías biológicas, pueden repercutir en nuestra arquitectura En el cerebro. Es decir, el aprendizaje de nuestras prácticas de género puede reflejarse en nuestros cerebros, y podemos cometer el deslizamiento de pensar que existen diferencias entre "sexos", cuando en realidad se trata de diferencias de género, se aprenden, son programaciones culturales. Por eso, podemos hablar de conductas que tienen capacidad de agenciamiento individual y de cambio. En definitiva, si miramos a cerebros de mujeres y de hombres y encontráramos diferencias en respuestas asociadas con tareas multifunción,

¿Hay cerebros que no cuenten con influencia de cualquier tipo social, para poder estudiar y determinar si es causa biológica o consecuencia cultural? 

Esta pregunta es clave y la respuesta es que no. Mi hipótesis es verdadera así como cualquier investigación que diga que es causa genética hormonal. Porque no tenemos ningún cerebro que esté exento de cultura. Las mayores diferencias, las más consistentes, son las asociadas a las áreas de reproducción, a la química ya la mecánica, hablamos de erección, de eyaculación y de ciclo de ovulación. Son las dos estructuras cerebrales que presentan las diferencias más consistentes en humanos, pero incluso en ellas existen solapamientos. 

¿Qué quiere decir?

Que ni siquiera en esas áreas estamos exentos de la práctica cultural y social. Sólo podemos tener una aproximación de la contribución que tiene la constitución genética hormonal en nuestro hilo neuronal, siendo tal contribución indisociable de nuestra práctica social y cultural. No podemos ver el cerebro y decir "hasta aquí es biológico" y "hasta aquí es cultural". 

¿Por qué a partir de la neurociencia se reafirma los estereotipos de género? ¿Qué interés hay detrás, dado que esas investigaciones poseen tan poca confiabilidad estadística, según usted mismo afirma?
Es urgente reconceptualizar el régimen sexual binario, con la finalidad de habilitar la producción de nuevas metodologías que posibiliten un mejor acceso a la comprensión de cómo afecta nuestra biología en la vulnerabilidad y prevalencia de desórdenes y enfermedades neuronales
Las personas que hacen ciencia no son a menudo conscientes de estos sesgos que se reproducen. Muchos y muchos realmente piensan que esa es la verdad, que hay dos cerebros y que nuestra biología determina capacidades y conductas sexuales. Sin embargo, clasificar los cerebros de acuerdo con una categorización binaria puede presentar falsos positivos. Es decir, agrupar los cerebros según el criterio hombre-mujer puede, o no, resultar en diferencias, dependiendo del azar, de "qué cerebros" participan en un estudio. Salvo ciertas excepciones, no es válido incorporar el sexo como variable biológica en los estudios cerebrales en humanos, y en roedores sólo en condiciones muy específicas, debiéndose controlar una multiplicidad de variables. En mi tesis presento la urgencia de reconceptualizar el régimen sexual binario, Con el fin de habilitar la producción de nuevas metodologías que posibiliten un mejor acceso a la comprensión de cómo afecta nuestra biología en la vulnerabilidad y prevalencia de desórdenes y enfermedades neuronales. En este sentido, propongo empezar desde una perspectiva cerebral, pero también sugiero la necesidad de extendernos a todo el organismo. La clasificación binaria responde a un régimen patriarcal que "produce" dos sexos ideales con fines prescriptivos y normativos, y nosotros debemos transformar esa categorización, en términos de salud, en aproximaciones biológicas como recurso metodológico al servicio de nuestros sexos reales. También sostengo que, en la actualidad, el género debe indefectiblemente incorporarse como variable en la investigación biomédica y en la práctica clínica.

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