jueves, 19 de julio de 2018

NO PODEMOS SER PERROS MUDOS, NI CENTINELAS DORMIDOS, MENOS PASTORES INDIFERENTES, DEBEMOS GRITAR CUANDO VEMOS EL MAL. Hermanito Carlos FOUCAULD.

Movido por su compasión, Jesús «se pone a enseñarles muchas cosas». Con calma, sin prisas, se dedica pacientemente a enseñarles la Buena Noticia de Dios. No lo hace por obligación. No piensa en sí mismo. Les comunica la Palabra de Dios, conmovido por la necesidad que tienen de un pastor.
No podemos permanecer indiferentes ante tanta gente que, dentro de nuestras comunidades cristianas, anda buscando un alimento más sólido que el que recibe. No hemos de aceptar como normal la desorientación religiosa dentro de la Iglesia. Hemos de reaccionar de manera lúcida y responsable. No pocos cristianos buscan ser mejor alimentados. Necesitan pastores que les transmitan el mensaje de Jesús.
José Antonio Pagola

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