BRAZOS,
PIERNAS y MANOS, extendidas hacia ella/os
necesitados de…..
Como casi todos los relatos no son reportajes literarios de un hecho ocurrido, son mensajes teológicos, eclesiológicos,
escenificados . Los evangelistas tejen
un relato en el que muestran a Jesús
entregando su testamento, mostrando la
tarea a cumplir al mismo tiempo les garantiza su presencia en medio de las comunidades. Jesús garantiza a sus seguidores que participarán de su gloria.
Hay quienes entienden los relatos al pie de la
letra, quizás nosotros en algún momento también, pero hemos caminado, hemos madurado ¡ antes
aplaudíamos su ASCENSIÖN con mucho entusiasmo, luego volvíamos a lo nuestro, lo de siempre. Hoy gracias a nuestro compromiso estudiando a
los teólogos descubrimos un contenido mucho mas sabroso en todos estos relatos.
Sabemos que el relato contiene un gran contenido de compromiso y esperanza para
los hermanos de todos los tiempos.
Los relatos leídos sobre la ASCENSIÖN
nos colocan en el momento en que Jesús
envía a los suyos a continuar su tarea.
Para seguir sus pasos es preciso
trabajar por su causa; liberación de los
hermanos, vivir su propio proceso pascual que lleva ala vida pasando por la
muerte, por la entrega el servicio, la gratuidad. Jesús pasó haciendo el bien, sembrando amor, amistad, ayudando, sembrando fraternidad como
real sentido de la vida, no solamente para el más allá sino también para hoy acá donde nos corresponde convivir. Jesús nunca pidió ser adorado, pidió ser
seguido.
Los relatos pascuales son primordialmente, un
testimonio de su presencia permanente en nuestras pequeñas comunidades de diversas formas que ya son
experiencia real en los miembros de las comunidades, lo sentimos presente en
las reuniones, en la vida personal y comunitaria. En La Palabra en el partir el
pan, está presente y actúa a través del
Espíritu.
Si realmente le seguimos, Jesús actuará a
través de nosotros, nos ha convertido en mediadores, en instrumento de su
acción. Nuestros brazos, son para cargar
al malherido; para abrazar al malquerido,
No tiene más lenguaje para anunciar la Buena Noticia, alentar, orientar,
dar impulso o consolar que nuestra propia palabra
Esto
supone para nosotros una tremenda responsabilidad, lo que dejemos de hacer, no se
hará jamás, lo que hagamos en nombre del Señor resucitado quedará eternamente
hecho.
Pablo le dice
al Señor; lo que hoy debemos repetir;
“Señor ¿ qué quieres que haga?
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