miércoles, 29 de mayo de 2019

Dgo ASCENSIÓN DEL SEÑOR. (Lc 24,46-53


BRAZOS,  PIERNAS  y  MANOS,  extendidas hacia  ella/os  necesitados de…..
   Como casi todos los relatos no son  reportajes literarios de un hecho ocurrido,  son mensajes teológicos, eclesiológicos, escenificados .  Los evangelistas tejen un relato  en el que muestran a Jesús entregando su testamento,  mostrando la tarea a cumplir al mismo tiempo les garantiza su presencia en medio de las  comunidades.    Jesús garantiza a sus seguidores  que participarán de su gloria.
 Hay quienes entienden los relatos al pie de la letra, quizás nosotros en algún momento también,  pero hemos caminado, hemos madurado ¡ antes aplaudíamos su  ASCENSIÖN  con mucho entusiasmo, luego volvíamos  a lo nuestro, lo de siempre.  Hoy gracias a nuestro compromiso estudiando a los teólogos descubrimos un contenido mucho mas sabroso en todos estos relatos. Sabemos que el relato contiene un gran contenido de compromiso y esperanza para los hermanos de todos los tiempos.
  Los relatos leídos sobre la ASCENSIÖN nos  colocan en el momento en que Jesús envía a los suyos a continuar su tarea.    Para seguir sus pasos es preciso trabajar por su causa;  liberación de los hermanos, vivir su propio proceso pascual que lleva ala vida pasando por la muerte, por la entrega el servicio, la gratuidad.  Jesús pasó haciendo el bien,  sembrando amor,  amistad, ayudando, sembrando fraternidad como real sentido de la vida, no solamente para el más allá  sino también para hoy acá donde nos  corresponde convivir.    Jesús nunca pidió ser adorado, pidió ser seguido.
  Los relatos pascuales son primordialmente, un testimonio de su presencia permanente en nuestras pequeñas   comunidades de diversas formas que ya son experiencia real en los miembros de las comunidades, lo sentimos presente en las reuniones, en la vida personal y comunitaria. En La Palabra en el partir el pan, está presente  y actúa a través del Espíritu.
  Si realmente le seguimos, Jesús actuará a través de nosotros, nos ha convertido en mediadores, en instrumento de su acción.   Nuestros brazos, son para cargar al malherido; para abrazar al malquerido,  No tiene más lenguaje para anunciar la Buena Noticia, alentar, orientar, dar impulso o consolar que nuestra propia palabra
  Esto supone para nosotros una tremenda responsabilidad, lo que dejemos de hacer, no se hará jamás, lo que hagamos en nombre del Señor resucitado quedará eternamente hecho.
  Pablo le dice al Señor;  lo que hoy debemos repetir;
        “Señor ¿ qué quieres que haga?

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