PLANTEAMIENTO ACTUAL DE LA CUESTIÓN
La disidencia no es un mal menor que hay que soportar
Cualquier tema a tratar, puede hacerse desde muchos puntos de vista. Por eso, quiero fijar desde el principio el aspecto que, sobre este tema, me parece más relevante para el momento presente.La disidencia ha existido siempre, en todos los países, culturas y épocas de la historia.
Pero no ha sido siempre calificada de la misma manera. Aún hoy, la disidencia es juzgada peyorativamente, como expresión de ideas o conductas extrañas, sospechosas e, incluso, perseguibles por la ley. Estamos en un momento de avance, pero sin que se haya aceptado todavía como propio del ser humano el fenómeno natural de la disidencia. Cuando hablamos de la disidencia solemos acompañarla con el correlativo de tolerancia, dando a entender que, mal que nos pese, la disidencia es un mal menor que hay que soportar.
Estamos, pues, por dar un paso hacia adelante. Estoy convencido de que la disidencia no es una concesión oportunista del poder o una admisión impuesta por el pluralismo de nuestra sociedad democrática. Es una exigencia de la persona misma que por su razón y libertad puede, en un momento dado, cuestionar pautas, ideas o planteamientos comunes en el sistema establecido.
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