¿Quién dijo que 20 años no es nada?: El legado de Alejandro Retamoso en la ANEP.
Alejandro desarrolló gran parte de su
vida profesional en la ANEP, pero no se redujo a ella. Fue redactor junto con
Ruben Kaztman de una serie de artículos sobre la segregación urbana[i]
que fueron muy influyentes en el campo educativo y de la cuestión urbana.
También trabajó en el Instituto Nacional de Estadística cumpliendo distintos
roles, lo que le permitió enseñarnos a todos el oficio del cuidado del “dato
estadístico” y no recuerdo qué consejero alguna vez lo elogió como el gran
estadígrafo de la ANEP. Fue durante años consultor permanente de UNICEF al
punto que cuando se abrió el cargo de oficial de educación, no tuvo otra opción
que presentarse y sellar su pasaje definitivo al mundo de la Naciones Unidas.
Es larga la lista de proyectos que
fueron de su autoría o que colaboró directamente. Fue de las personas que moldeó
el rol del sociólogo en la Administración Pública. Con una sólida base
estadística y una envidiable capacidad de escucha, logró traducir las demandas
de las autoridades políticas en sistemas de información que fueron contestando
las principales preguntas de gestión de un sistema complejo.
Por ejemplo, cuando se publica el Panorama de la Educación en Uruguay: una
década de transformaciones 1992-2004 que lideró Fernando Filgueira
2003-2004, -pero que se publica recién en 2005-, el anexo de tablas del libro
fue el germen que después se transformó en el Observatorio de la Educación. No
sé cuantas revisiones hubo que hacerle al Panorama, pero recuerdo que no se
podía mencionar la palabra “reforma educativa” en ningún lado. Hasta la década
del subtítulo era de 12 años. Alejandro tenía la visión permanente de construir
series temporales armonizadas para analizar tendencias y el rigor de trabajar
el dato hasta asegurar su validez y confiabilidad.
Alejandro estuvo en la génesis del
Monitor Educativo de Primaria y lo vio desarrollarse y crecer hasta el sistema maduro
que es hoy. Recuerdo cuando fuimos al despacho de Alex Mazzei, con Carlos,
Santiago y Alejandro a presentar la idea del Monitor de Secundaria con un
documento que contenía las tablas vacías que habíamos imaginado. De un arranque
lento, cuando se incorpora Martín Pasturino al CES le da un empuje junto a los
consultores que trabajaban en el PEM. Sebastián de Almeida y Federico Rodríguez
también fueron parte de la fuerza necesaria para sacar el primer Monitor de
Secundaria y abandonar las épocas en que las estadísticas del consejo salían
con fuente: Despacho del Consejero Carbonell.
Con el Monitor logramos conjugar el
“esfuerzo continuo y sistemático” con los temas de agenda del consejo. “El
monitor levanta el centro, pero alguien tiene que cabecear” era la metáfora
futbolera de aquellos años. En términos educativos, el monitor de Primaria seguía
por ejemplo, la tendencia de la repetición, por área, por grado, por contexto y
por inspección, y al presentar los resultados se los ponía en contexto regional
para mostrar lo extendido que era el uso de la repetición en Uruguay comparado
internacionalmente. Si uno mira la serie larga, todavía es percibible la bajada
pronunciada de 2007 a 2008 cuando presentamos “Primero una sola vez” y post
presentación del monitor trabajamos en la reformulación de la circular de
repetición. Esa sinergia entre el reporte del dato, la reformulación conceptual
y la política educativa es uno de los méritos del encuadre de la DIEE de los
últimos años.
Estuvo al frente de dos censos
docentes el del 2007 y el del 2018. Cuando estudiábamos en demografía nos enseñaban
que los censos son una operación estadística compleja. Pero puede llegar a buen
puerto cuando tenés a Alejandro y al equipo de la DIEE a cargo. Supimos
rellenar las burbujas que no leía el lector óptico del Censo 2007 y atravesar
los cambios tecnológicos de una década de rápida digitalización. De los censos
por subsistema, pasamos al censo de toda la ANEP en 2007 a incluir a todos los
trabajadores de la educación, docentes públicos y privados en 2018.
Alejandro nos dio la bienvenida a
todos. Estuvo en los tribunales de selección y trabajó pacientemente en la
construcción de un equipo de investigación. Sabía en qué estaba cada uno de los
investigadores y manejaba las cargas laborales para que fueran parejas. Siempre
tuvo la capacidad de encuadrar en líneas bien definidas el trabajo del área de
estudios y evaluaciones y la de sistemas de información. Lideraba equipos en
base al respeto profesional y lograba construir un clima donde todos nos
sentíamos a gusto. La calidad humana con la que recibía a nuestras contrapartes
institucionales fue clave para ir tejiendo una visión ANEP en materia de
estadística educativa.
Para mí fue siempre un puntal para
proyectar la DIEE en la ANEP. Muchas veces tuvimos que hacer de policía bueno y
policía malo. Otras jugamos de memoria el plan que dibujábamos en la cabeza. Si
bien hemos tenido nuestras diferencias, esa dialéctica movía al equipo hacia
adelante. Creamos una cultura no competitiva donde nos sentíamos a gusto de
colaborar y aportar para el equipo. Los más veteranos, Alberto y Santiago
trasmitían ese espíritu a los nuevos. Logramos crear una ética profesional a
pesar de la pesada burocracia de la ANEP. Alejandro siempre estaba dispuesto a
enseñar a los que entraban su saber profesional honrando una ley no escrita en
la DIEE que todos supimos cumplir a rajatabla: acá no hay recelos profesionales
ni personalismos.
Una vez en Buenos Aires, en un taller
sobre evaluación de impacto que organizó el Banco Mundial, dibujamos los
rudimentos de las evaluaciones que luego encararíamos en serio. Su constante
buen humor, infundía de buen ánimo cualquier ambiente. Alejandro es tan la
DIEE, que cuando anunció que se iba a Unicef, Alberto comentó que no podía
imaginar la DIEE sin Alejandro.
La transición desde que anunció su
partida ha sido meditada y aplomada como Alejandro nos tiene acostumbrados.
Cuidó todos los detalles de dejar la casa en orden. Ordenó carpetas, transfirió
20 años de documentación de trabajos, bases de datos, contratos, rendiciones de
cuentas y planificaciones anuales en el directorio Piso 7 de la red. Pero su
mayor legado está en lo que ha influido en todos los que tuvimos el privilegio
de trabajar con él. La cultura DIEE, reconocible por propios y ajenos,
sobrevivirá a quien fuera uno de sus artífices. Alejandro se puede ir
tranquilo. Se sentirá su ausencia pero inventaremos otra versión de nosotros
mismos. Sin duda, lo vamos a extrañar.
[i] 2006 Kaztman y Retamoso CEPAL Segregación Residencial en Montevideo: Desafíos para la Equidad Educativa.(2008) Kaztman y Retamoso CEPAL Segregación espacial, empleo y pobreza en Montevideo.
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