IHU. Adital.-
Incrédulos, los agentes lo notaron entre los setenta hombres que llegaron en un pequeño bote que arribó a la isla dei conigli ayer por la tarde. Atónitos, descubrieron que no era ninguno de sus hijos. "No lo conocemos - explicaron los migrantes a los rescatistas - simplemente lo acompañamos".
Rogándoles que lo hicieran, dicen, eran sus padres quienes se suponía que iban a abordar ese barco, pero en el último momento no pudieron, o tal vez los detuvieron. En esto los testigos están divididos.
Lo que todos confirman es que prefirieron confiar el pequeño a extraños, esperando dar un futuro más allá del mar . "Una historia extraña, que hay que comprobar", dice el hotspot de Lampedusa, donde ese niño se ha vuelto un poco como el niño de todos. Está asustado, explican, pero está bien. Hasta que el tribunal de menores decida su destino, un educador se hará cargo de él.
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