sábado, 28 de mayo de 2022

PREPARAMOS EL CORAZÓN PARA CELEBRAR.

  • Comenzamos a celebrar cuatro fiestas que nos ayudarán a comprender al Dios siempre presente: 1º Este domingo “La Ascensión”, 2º “Pentecostés- Espíritu”, 3º “La fiesta de la Santísima Trinidad” y 4º “El Cuerpo y la Sangre de Jesús”. 
  • Si contemplamos la secuencia pedagógica, la liturgia nos está ayudando a comprender la presencia liberadora de Dios que no quiere relacionarse con nosotros “desde el cielo”, sino que decide encarnarse en Jesús para decirnos que somos “libres para amar”, que “la muerte no es la última palabra”. La semana santa y el tiempo pascual nos ayudaron a comprender algo de este misterio.
    • Ahora la fiesta de la Ascensión nos revela que estamos hechos para vivir plenamente. El cielo es la expresión de la plenitud, como un día radiante de sol.
    • Pentecostés nos recuerda que el Espíritu está siempre despertando en nosotros nuestra capacidad de amar, porque esa es nuestra raíz. 
    • Nuestra raíz está en el Dios Trino. “Dios es vida de tres y un encuentro” como dice Angelelli. La diversidad no los separa, ni los amenaza, todo lo contrario, Dios es comunión en la diversidad. Estamos llamados a la unidad, como dice el poeta: “La vida es encontrarnos para eso nacemos”. Dios es encuentro. “Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios”.
    • Y por último, la fiesta de Corpus para recordarnos que Jesús quiere alimentar nuestra esperanza alrededor de la mesa una y otra vez. 
  • Jesús asciende al cielo, es decir: Jesús vive la plenitud del amor para indicarnos el horizonte. De este “camino” y este “horizonte” nosotros somos testigos y no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Profundicemos este llamado a ser “testigos”. 

Tenemos “la Palabra”, “la vela”, “algo para compartir” en nuestra “MESA” y otros símbolos que sean significativos para ustedes. Entremos en sintonía de celebración.

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