El profesor Diego Pereira Ríos (uruguayo) es amigo y “lector umbraleño” desde siempre; así también, en varias oportunidades, nuestras páginas han contado con su colaboración. Es una de esas personas que están en formación permanente, estudiando, investigando. Tiene amplia participación en espacios de pensamiento y reflexión en cuanto a temas de filosofía, teología, educación… Su última obra, el libro recientemente presentado, que lleva por título “La fe cuestionada” nos da pie para acercarnos un poco más a él, y fiel a nuestro estilo, buscar al ser humano y sus mejores contenidos, “de su adentro profundo” y así, gracias a su disponibilidad, compartirlo con ustedes:
Diego, eres profesor, escritor ¿Son vocaciones distintas, o son dos
facetas de una misma vocación?
Bueno, yo siempre las entendí como las dos caras de una misma moneda, pero
no sucede siempre así. Hay muchos y muchas profesores/as que no escriben, lo
cual siempre me parece que está bien, pero no es mi caso. Considero que la
docencia tiene una exigencia de una formación continua que implica una
reflexión sobre la praxis educativa.
Quizá sea por las disciplinas que he elegido, tanto la filosofía como la teología,
que me exigen esta necesidad de poner por escrito al menos algo de lo que hago
en mis clases con mis alumnos. De todas maneras hay muchos escritores en
matemática, biología, astronomía, etc.. El docente investigador es cada vez más
necesario en un mundo tan complejo y de tantos cambios, sobre todo luego de la
pandemia, y sumándole hoy el debate abierto sobre la reforma educativa.
No puedo pensarme profesor sin la escritura, ni tampoco puedo escribir sin
pensar en las clases que llevo adelante.
En tu pensamiento y en tu obra está muy presente lo Latinoamericano («la Liberación») cuéntanos ¿Cómo surge y cómo asumiste este aporte en tu camino?
Hay dos momentos importantes en mi camino: mi vivencia en El Salvador,
tierra de San Romero de América en el año 2004, que fue un momento de profunda
conversión a la fe cristiana latinoamericana. Yo había vuelto a la Iglesia en
2001 pero me faltaba un “cara a cara” con la realidad de pobreza y exclusión
que denunció Romero. Desde ese momento mi visión del mundo y lo que entendía
por fe, no pudo ser igual.
Otro momento fue en el año 2013, en el Chaco boliviano, donde conocí
comunidades guaraníes que viven de una forma de esclavitud siglo XXI, y luego
de conocer la forma en que seguían viendo como superior al hombre blanco, esto
me conmovió interiormente al punto de cuestionar mi forma de vivir. Allí afirmé
mi camino de una búsqueda de un pensamiento latinoamericano, desde la filosofía
de la liberación y la teología de la liberación.
Percibir que también en Uruguay seguimos creyendo en ideas extranjeras que nos
han sometido y oprimido, sin valorar la producción de conocimiento
latinoamericana, me fue llevando a comenzar a leer autores/as latinoamericanos
y pasar a integrar grupos que estén a favor de la liberación de nuestros pueblos.
En tu trabajo con adolescentes y jóvenes ¿qué valores y qué búsquedas destacarías en estas nuevas generaciones?
Buen punto… creo que los adolescentes y jóvenes están muy cansados de que
los adultos les digamos lo que tienen que hacer, y muchas veces desde un lugar
de superioridad. El papa Francisco insiste mucho en esto y los invita a “hacer
lío”, pero el problema es que en casi todos los ambientes les cercenamos la
capacidad de hacerlo, por miedo.
Los adultos tememos un “no sé qué” frente a la juventud. Solo recordar que el
proceso de la sociedad chilena para llegar a una nueva Constitución comenzó con
movilizaciones juveniles. Gracias a ellos Chile dio un salto histórico con un
presidente de apenas 36 años. Esto demuestra que el mundo como está planteado
no satisface las necesidades de los jóvenes que quieren ser libres y felices.
Siempre les pregunto: ¿qué ven en los adultos? Y la respuesta –salvo
excepciones- es la misma: cansancio, mal humor, prejuicios, condenas y muchas
quejas de todo.
Hay una gran apertura en los jóvenes a aceptar los nuevos cánones sociales de
interacción, de intercambio, de compartir, de búsqueda de libertad. Esto lo
utiliza muy bien el capitalismo neoliberal, que aprovecha sus dones para
seducirlos con el “dios dinero” donde muchos caen en sus redes. Es urgente
seguir “despertando” conciencias al respecto.
El título de tu nueva obra es «La fe cuestionada», dinos ¿Qué vamos a encontrar en este nuevo libro?
El libro tiene una clara intención pedagógica: poner al lector en situaciones
de la vida cotidiana en la que hemos estado –y aún seguimos- todos inmersos. La
pandemia, las ollas populares, la digitalización de la vida, las crisis, la
educación, entre otros, son los temas que hacen que nuestra fe aprendida se
quede con pocas herramientas. Con ello intento que partamos de la misma
existencia humana para poder pensarla y cuestionarla, y con ello también se
cuestiona la forma en que seguimos viviendo la fe.
Por ejemplo, surgirán preguntas como ¿cuál es el lugar del laico hoy, ante la
crisis de las vocaciones al sacerdocio? O, por ejemplo otra puede ser: ¿qué
clase de teología seguimos estudiando, y que dé respuestas a las interrogantes
de hoy? Con ello intento que el lector pueda pensarse en situación donde la fe
trascendente tenga un anclaje en lo inmanente, en la realidad concreta que le
toca vivir. No partimos de un ideal, sino de una fe encarnada que la llevamos a
todas partes.
Pero para esto también hay que revisar la educación –tanto escolar como
religiosa- que sigue imprimiendo un carácter técnico-científico (desde la razón
instrumental) lo cual impide muchas veces que las personas crean en Dios, o por
ejemplo, que los cristianos superen el ritualismo y el clericalismo en el que
aún patinamos, y podamos formar cristianos comprometidos con la realidad y así
empoderarnos juntos. Jesús vive resucitado entre nosotros, pero ¿Cómo creer
esto sin comprenderlo, sin caer en un fideísmo o un ilusionismo?
A través de Diego, agradecemos a todos aquellos que “se atreven a pensar, reflexionar y compartir” aportando así, pequeños pero muy valiosos tramos para la construcción de aquel Camino de Liberación y Vida por el que clama nuestra trabajada pero muy esperanzada Humanidad !
Entrevista de Jorge Marquez (el
jardinero)
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