- En el proceso sinodal llevado a cabo en la Iglesia latinoamericana y caribeña, en el documento “Narrativa Sintética de la Asamblea Eclesiástica”, se afirmó: Expulsar la clericalización.
- En la Iglesia del continente confirmamos que la doctrina del Concilio Vaticano II fue recibida de manera incompleta y, en el caso de las Normas para la formación de los seminaristas ( rationes ), prácticamente olvidada.
- Hay que recordar, aunque sea brevemente, la reforma del clero. La Lumen Gentium exigía una construcción dialéctica y dinámica de la identidad de los sacerdotes.
- Los propios aprendices y sacerdotes deben adquirir esta capacidad a través de relaciones afectivas, espirituales, intelectuales y pastorales con todos los bautizados.
- La Síntesis Latinoamericana y Caribeña "plantea el desafío de buscar una reforma de los seminarios y casas de formación , especialmente cuando algunas de estas instituciones no han superado su forma tridentina".
O artigo é de Jorge Costadoat, teólogo jesuíta chileno, publicado por Religión Digital, 26-09-2023. En el proceso sinodal llevado a cabo en la Iglesia Católica Latinoamericana y Caribeña , en su documento Síntesis Narrativa de la Asamblea Eclesial , se afirmó: “Expulsar la clericalización . Cambiar la visión y misión de los seminarios porque es allí donde se forja el clericalismo” (2021 , p . 135). Y, en otro lugar: “El clericalismo comienza a formarse a partir del ingreso al Seminario de los candidatos al Sacramento del Orden” (p. 107). En la Iglesia del continente confirmamos que la doctrina de la El Concilio Vaticano II fue recibido de forma incompleta y, en el caso de las Normas para la formación de los seminaristas (rationes) , prácticamente olvidado.
Estas preocupaciones están en consonancia con el Instrumentum laboris . De ellas, entre otras cuestiones, merecen especial atención estas dos: “¿Cuáles pueden ser las líneas de reforma de los seminarios y casas de formación , para que animen a los candidatos al ministerio ordenado a crecer en un estilo de ejercicio de la autoridad propio de una Iglesia sinodal? ? ¿Cómo podemos repensar la Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis y sus documentos de aplicación a nivel nacional? (IL B.3.1).
En el documento Subsidio al Discernimiento , el Celam respondió a la hoja B 3.1 del Instrumentum Laboris con estas palabras: “Los necesarios cambios de mentalidades y estructuras requerirán nuevos procesos de formación que promuevan una cultura eclesial sinodal . Para ello, la Síntesis Latinoamericana y Caribeña 'plantea el desafío de buscar una reforma de los seminarios y casas de formación, máxime cuando algunas de estas instituciones no han superado su forma tridentina ' (SALyC 75), y terminan formando ministros con autonomía referencial. -actitudes sin conexión real con el resto de fieles del Pueblo de Dios”.
Hay que recordar, aunque sea brevemente, la reforma del clero pretendida por el Concilio. La Lumen Gentium , documento de mayor importancia dogmática que otros decretos e instrucciones eclesiásticas, requería una construcción dialéctica y dinámica de la identidad de los sacerdotes. Lo hizo en estos términos: “el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquicoAunque diferentes en esencia y no sólo en grado, están, sin embargo, ordenados entre sí, ya que ambos participan a su manera del único sacerdocio de Cristo” (LG 10,2). Esto significa que la identidad de los sacerdotes no es una realidad independiente. Ellos, bautizados como los demás cristianos, deben ponerse al servicio de la actualización del sacerdocio común. Para ello, los alumnos y los propios sacerdotes deben adquirir esta capacidad a través de relaciones afectivas, espirituales, intelectuales y pastorales con todos los bautizados. El anuncio del Evangelio es responsabilidad de ese Pueblo de Dios en el que los hombres crecen juntos a través de relaciones humanas fraternas.
El decreto Presbyterorum ordinis estableció que los sacerdotes “tienen la obligación principal de anunciar a todos el Evangelio de Cristo” (PO 4). Reordenó los tria munera : profetas, sacerdotes y reyes. Deliberadamente abandonó el nombre “sacerdotes” por el de ministros ordenados y adoptó “ancianos” (de origen neotestamentario). El decreto Optatam totius adoptó esta innovación de Presbyterorum ordinisguiar a los sacerdotes en el anuncio del Evangelio (OT 4). Su aportación más importante fue exigir una nueva manera de relacionar filosofía y teología, haciendo de la Palabra “el alma de toda teología” (OT 16) y exigiendo una profunda integración interior de la historicidad del ser humano (OT 14-15). Este tipo de estudio debería haber permitido a los seminaristas relacionarse dialógicamente con sus contemporáneos y discernir los signos de los tiempos. Así lo entendió la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño , celebrada en Medellín (1968) ( Formación del Clero n. 5 y 10).
Tres recomendaciones parecen fundamentales. En primer lugar, es necesario hacer una armonización teológica entre los documentos que se refieren a la identidad y misión de los sacerdotes , ya que contienen elementos del antiguo régimen que facilitan el regreso al seminario tridentino que protege a los alumnos del mundo y Luego los envía allí como personas sagradas superiores a las demás.
En segundo lugar , es necesario que el régimen de formación no separe a los seminaristas de la gente común, sino que los exponga a relaciones afectivas, espirituales, intelectuales y pastorales que, según el paradigma de la Encarnación, los hagan más humanos .
En tercer lugar : la formación de los futuros ministros debe ser responsabilidad de todo el Pueblo de Dios . Los católicos deben tener una voz decisiva a la hora de aceptar a las personas en formación y concederles el sacramento del Orden Sagrado .
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