Necesitamos tu mirada Inmaculada
para recuperar la capacidad de mirar a las personas
con respeto y reconocimiento
sin intereses egoístas o hipócritas
Necesitamos de tu corazón inmaculado
para amar en modo gratuito
sin segundos fines, sino buscando el bien del otro
con sencillez y sinceridad
renunciando a máscaras y maquillajes
Necesitamos tus manos Inmaculadas
para acariciar con ternura
para tocar la carne de Jesús
en los hermanos pobres, enfermos, despreciados
para levantar a los que se han caído
y sostener a quién vacila.
Necesitamos de tus pies Inmaculados
para ir al encuentro de quienes
no saben dar el primer paso
para caminar por los senderos de quién se ha perdido
para ir a encontrar a las personas solas
Francisco, Papa
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