Señor, yo se que Tú estás en la fe luminosa
de una noche de estrellas, de un día
radiante de azul y de sol.
Yo sé que Tú estás, en la espera gozosa
de un niño que viene, de una carta
que llega, de un amigo que vuelve.
Tú estás, yo sé que Tú estás,
en el amor inmenso de unas manos
que abrazan y en el puro cariño
del beso que me dan.
Más también sé que estás en
la fe desprovista y desnuda cuando
un día y otro día le cuenta su rutina de
Yo sé que Tú estás, cuando la esperanza
es cuesta empinada, la cumbre es incierta
y las fuerzas muy pocas.
Tú estás.
Yo sé que Tú estás, cuando amar es un
surco humilde y oscuro, que reclama
al grano para ser fecundo y
morir en soledad.
Yo sé que Tú estás,
Señor, que me amas,
Yo sé que Tú estás.
Oración del Padre Mauricio Silva.
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