jueves, 3 de octubre de 2024

COMENTABERNARDINOZANELLA.- Matrimonio, convivencia, separación, divorcio: una problemática compleja.....

 Matrimonio, convivencia, separación, divorcio: una problemática compleja, en dinámica evolución en la sociedad de hoy. La Palabra de Dios es una referencia esencial para el creyente.

Los fariseos que se acercan a Jesús, no están buscando

con sinceridad una iluminación. Sólo quieren “ponerlo a prueba”, como el
demonio tentador en el desierto. Eligen un tema muy discutido: “ 
¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?”. Para los fariseos no hay duda sobre el
derecho al divorcio, y que este derecho está reservado sólo al varón, que tiene la propiedad y el poder sobre la mujer. Para ellos, en discusión está sólo: cuáles son las motivaciones que puedan permitir a un hombre despedir a su mujer.
Ni se les ocurre una pregunta más amplia, sobre el sentido del matrimonio, de dónde luego derivar también la posibilidad o no del divorcio.

Jesús, a pesar de la mala fe de sus interlocutores, los lleva a reflexionar sobre la ley, poniendo en evidencia que Moisés había cedido a la “dureza del corazón” del pueblo, permitiendo al hombre “redactar una declaración de divorcio y separarse” de la mujer. Luego ubica el tema en el contexto del proyecto original de Dios, más allá de la ley de Moisés: “Desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer”.

   

La unión del varón y la mujer nace de un amor que es más grande que el
amor para con los padres, que constituye la primera experiencia fundamental del ser humano: “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre”. El encuentro de los dos hará que nazca una nueva realidad, un mundo nuevo: “Ya no son dos, sino una sola carne”.

Sólo a partir de este proyecto de Dios es posible formular un juicio
también sobre el divorcio: “El hombre no separe lo que Dios ha unido”.

Dentro de la comunidad de los discípulos, “cuando regresaron a la casa”,
Jesús profundiza el tema, subrayando la plena igualdad entre varón y mujer.
 Iguales, en el bien y en el mal, sin ningún derecho de dominación de parte del varón sobre la mujer, ningún privilegio o supremacía, como pretendía una
tradición patriarcal y machista, consolidada por la ley. Hombre y mujer, en
condición de igual dignidad, se comprometen a amarse y respetarse por toda la vida, en una alianza definitiva.

En el evangelio de Marcos, ésta es la única indicación que Jesús da
sobre el matrimonio, en el contexto de su anuncio del proyecto del Reino de
Dios. 

    A pesar de su radicalidad, no excluye una acogida misericordiosa,
fraternal y sanadora, para con los que ya han vivido el fracaso doloroso de su matrimonio y han realizado fielmente un nuevo proyecto.


Cuando traen a Jesús “a unos niños para que los tocara”, los discípulos
se molestan e intentan rechazarlos. Jesús se enoja frente a la actitud de los discípulos, y aprovecha para una nueva enseñanza: sólo los que son como ellos, los últimos de la sociedad de ese tiempo, libres de la ambición y de la sed de poder, podrán entrar en el reino de Dios, ser parte de esa humanidad que sirve a Dios y no al dinero y los intereses, y construye relaciones de paz, de justicia, de amor gratuito y de perdón.


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