La misión civil más grande a Gaza ha comenzado su viaje. Los primeros barcos zarparon del puerto del Moll de Fusta de Barcelona el 1 de septiembre, con 50 barcos y más de 500 voluntarios a bordo y una misión: romper el asedio israelí a la Franja de Gaza. Hasta el 4 de septiembre, otros envíos se realizarán en Túnez, Sicilia y Grecia. La iniciativa, la Flotilla Global de Sumud, cuenta con activistas de 44 países y una flota de barcos que pretende abrir un canal humanitario definitivo y dejar un mensaje: lo que ocurre en Gaza es un genocidio.
El Mediterráneo no es un punto de partida casual para este viaje. El mar, escenario de tragedias y cementerio de inmigrantes, se convierte ahora en escenario de esperanza. Los buques, que recorrerán las rutas marcadas por las guerras y la trata de personas, llevan a cabo la misión naval civil sin precedentes, que clamará por la vida y la dignidad del pueblo palestino.
Si la Flotilla logra su objetivo, encontrará un escenario imposible de describir con palabras, cuya deshumanización ha superado todos los límites de la civilización. Con más del 90 por ciento de la Franja de Gaza destruida, el número de muertos supera los 64.000 y 2,3 millones de palestinos obligados a desplazarse internamente, Palestina está experimentando una catástrofe humanitaria sin precedentes. Solo el martes 2 de septiembre, el Ministerio de Salud de Gaza informó que 78 palestinos murieron, y la causa de la muerte de 13 personas fue el hambre y la desnutrición. Entre las víctimas, tres niños.
Un enclave devastado, enfrentando hambre, enfermedades y bombas. De ahí el aumento de la solidaridad con el pueblo palestino. Una ola, como señala Bruno Gilga, que se deriva, por un lado, del "horror ilimitado de la violencia y la barbarie que el Estado ilegítimo de Israel está imponiendo contra el pueblo palestino. Y, por otro lado, por la enorme resistencia del pueblo palestino, que ha resistido el genocidio durante décadas, y con su lucha nos enseña cómo enfrentar el imperialismo y la opresión capitalista".
Bruno Gilga, que está con la primera tripulación que partió de Barcelona, es coordinador y portavoz de la delegación brasileña de la Flotilla Global del Sumud. En la siguiente entrevista, concedida por WhatsApp al Instituto Humanitas Unisinos – IHU, la activista explica que se trata de una misión humanitaria, no violenta, de solidaridad con el pueblo palestino. "El objetivo es romper el circuito ilegal impuesto por la entidad sionista, el Estado ilegítimo de Israel, sobre Palestina y, en particular, la Franja de Gaza, trayendo ayuda humanitaria", añade.
Junto con la comida y los alimentos, señala el entrevistado, también llevan un mensaje: "los pueblos oprimidos del mundo y la clase obrera internacional no están en connivencia con los gobiernos ni los apoyan, en el caso de los países imperialistas. Pero están junto con el pueblo palestino, queriendo fortalecer su lucha contra el genocidio y por una Palestina libre".
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