miércoles, 5 de noviembre de 2025

IV Congreso Latinoamericano: ¡gratitud y esperanza renovadas! 02 de Noviembre de 2025

 [Por: Rosa Ramos]

“La luz no está al final del túnel,

se halla en las personas que transitan por él”     

  Gustavo Gutiérrez

Muchos uruguayos pudimos participar del IV Congreso de Teología organizado por Amerindia y hemos regresado con estos sentimientos: gratitud y esperanza renovadas. Creo que ha sido “la cosecha” común, tomando esa expresión y dinámica con que recogíamos cada día ayudados por “Bendita mezcla”. En la despedida entre abrazos internacionales se repetía: “¡gracias!”, “¡ánimo!”.

 Seguramente aparecerán en este número muchos artículos comentando el Congreso y muchos habrán podido seguirlo por las redes sociales, ver las celebraciones, escuchar las excelentes exposiciones y los testimonios, que doscientas personas presentes pudimos oír en la UCA de Lima la semana pasada. De modo que esta entrega pretende ser un eco más y sobre todo recoger los sentimientos de los uruguayos que participamos, en una especie de sinfonía de voces.

De Uruguay participamos algunos que hemos ido a los cuatro congresos: Rosario Hermano, Secretaria Ejecutiva de Amerindia y Pablo Bonavía, que ha sido por muchos años miembro del Comité, ellos mucho más allá de sus roles, son el “alma” de Amerindia, quienes conocen y aman el sentido de esta Red que somos y lo cultivan dando todo de sí.     Richard Arce, Pablo Martínez y Clarita Ortiz, Myriam Oyarzun y Gerardo Benítez ya habían participado del III, en El Salvador, también participamos Néstor Da Costa y yo que hemos ido a los cuatro. ·Estuvo Raúl Zibechi como expositor. Se sumaron otros por primera vez: Juan José Carriquiri y Beatriz Briano, Martín Prino, José Lima, Eduardo Semproni y Carina Furlotti, para ellos supuso una experiencia riquísima, y para todos. Dada la amplia y comprometida participación, me pareció que debía ceder la palabra y enriquecer este artículo con varias voces. Aquí van algunas:

Juan José Carriquiri“Me siento desafiado a seguir caminando después de esta vivencia de sinodalidad íntima que vivimos, en la certeza de que gente pequeña, en espacios pequeños, vamos construyendo otro mundo posible que llamamos Reino. Mucha riqueza y calor del pueblo en marcha los cuatro días.” Agrega Juan que su esposa Beatriz es atea, fue la primera mañana a observar qué tal y se interesó tanto que se inscribió para seguir los días siguientes, incluyendo la visita a Rimac. 

Beatriz Briano“Me resultó muy interesante y rica la diversidad de realidades de los países y participantes. A la vez constatar que, a pesar de ello, los problemas, las necesidades, las dificultades y aspiraciones de las personas y los pueblos son las mismas.”

Carina Furlotti: “Participar del IV Congreso de Teología Latinoamericana y Caribeña ha sido para mí un gran regalo. No sólo por lo que escuchamos de quienes analizaron la realidad actual y la iluminaron desde Jesús y la tradición teológica latinoamericana, sino también por la posibilidad de entrelazar vínculos, experiencias, escuchas, búsquedas, dolores y alegrías… Todo ello nos anima a seguir abiertos en nuestra realidad cotidiana a esa irrupción de vida nueva que nace desde abajo, desde las comunidades, desde los intentos por organizar de un modo nuevo un convivir más inclusivo, más humano, que no descarte personas, que no destruya la casa común.

La presencia viva de Gustavo Gutiérrez nos acompañó a a lo largo de estos días, especialmente en su comunidad del Rimac, que nos recibió con tanta alegría y nos animó a seguir descubriendo esas luciérnagas que nos habitan para iluminar la oscuridad y ser, juntas y juntos, signos de esperanza.”

Eduardo SemproniCuando me invitaron al Congreso, sentí un impulso irresistibleLas Teologías Latinoamericanas han sido grandes compañeras en el Camino del Seguimiento de Jesús y la experiencia del encuentro en Lima me permitió ponerle rostros, testimonios, reflexiones… al Movimiento del que me siento parte.

El Reino de Dios está cercano, conviértanse y crean” (Marcos). ¡Eso es lo que sentí con tantas hermanas y hermanos de camino! Fui confirmando en la escucha de tanta “praxis”, que el Maestro nos impulsa a hacer “Reino-logía”: continuar el proyecto de cambio que vino a poner en marcha y que en cada territorio el Espíritu nos ayuda a descubrir que “desde abajo” se puede: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”. (Galeano)

 Agradezco a Amerindia, al esfuerzo de los que hicieron posible el Congreso y a quienes compartieron comprometidamente sus vivencias. Volví fortalecido a mis recorridos habituales a ensayar comunitariamente lo que llamaría (perdonen el neologismo) “Reinología”: detectar, reflexionar y colaborar con las manifestaciones de Dios (Abba) que cuida y alienta la organización de quienes están al borde del camino.”

Clara Ortiz de Taranco: “Con el corazón agradecido. Por haber podido participar de este Congreso con el lema: “Horizontes de liberación: tejiendo esperanzas desde abajo”. Todo lo vivido ha sido una de una riqueza invaluable. Es de destacar el hilo conductor de cada día basado en los pasos de un tejido y la nunca superada metodología de los tres días divididos en el Ver-Juzgar-Actuar.

 No podría señalar qué fue más rico, si las ponencias, los trabajos en grupos, las cosechas, las celebraciones o los distintos momentos de conocer y conversar con gente recién conocida y que hacía mucho no nos veíamos. Hubo momentos de aprendizaje, de cuestionamiento, de reflexión, tiempos de risa, de bailes, de dolor compartido y de sueños rotos que se vuelven a armar. A pesar de ser casi doscientas personas, fue un encuentro íntimo, entre quienes hablan un mismo idioma, el de la fe y el de la opción por los pobres. Siempre guiados por la sentida presencia de Gustavo Gutiérrez, en el marco de una PUCP llena de luz y de vida.

Volver a la vida cotidiana, toma un valor nuevo y una invitación especial a redoblar nuestro esfuerzo y nuestro compromiso con los más desfavorecidos de estas tierras latinoamericanas.”

Pablo Bonavía: “Con gratitudMás allá del gran cariño y esfuerzo que supuso llevar adelante este Congreso de Teología en Lima, fue para mí una intensa experiencia espiritual: escuchar lo que Dios nos está diciendo a través del dolor, la resistencia, la creatividad y la alegría de los pueblos y comunidades marginales de América Latina y el Caribe. Los dones del Espíritu en nuestro continente, que tantos frutos han dado para la Iglesia universal, siguen abriendo caminos de contemplación y liberación que todos necesitamos. Él puede ser reconocido al interior de procesos y espacios comunitarios en los que, siguiendo a Jesús, nos abrimos a la fuerza “otra” de Dios que se nos ofrece desde abajo y desde dentro. Amerindia quiere ser parte de ese camino.”

Con mucha alegría comparto estos testimonios de mis compatriotas, a muchos verán en la foto que encabeza el artículo, que nos tomamos al finalizar la Eucaristía en recuerdo agradecido por lo vivido y por la vida entregada de Gustavo Gutiérrez y con la cual cerramos el IV Congreso. Fue larga la despedida, abrazándonos, cantando y tomando fotos por grupos. Tras las intensas y tan ricas jornadas compartida en ese “Tabor” costaba “bajar”, pero lo hicimos con esperanza renovada.


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