Poesía
Si no advirtiera
rumores de alas
de ángeles
batiéndose
contra la
infamia y el desconsuelo,
qué significado
tendría
el prodigio de
cada amanecida.
Si no leyera el
resplandor de los signos
y las figuras
que componen
las manos de la
imaginación
y el ensueño, a
qué dirección dirigiría
mi mirada
sosegada, vulnerable.
Si no recorriera
las amplias veredas
de la memoria,
que teje
con hilos
imperceptibles
mis anhelos y
añoranzas,
se apagaría el
manantial de mi voz.
Si enmudecieran
mis palabras
acallaría el
eco, la estela, la llama
que enardece el
hontanar de mi corazón,
y todo volvería
a ser puro mineral,
bajo un océano
prístino, sin hálito.
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