COMENTARIO DEL BLOG
Dgo 28. Tpo. Ord. Ciclo B (Mc. 10,17-30)
Se comprende que muchos de nosotros nos aferremos a las cosas materiales cuando no hemos encontrado las espirituales. se comprende que muchos tratemos de llenar el corazón con los vaivenes de la bolsa, si no hemos encontrado los valores de la vida. En algo nos debemos apoyar, siempre ansiamos seguridad.
Jesús no viene a despojarnos, a dejarnos vacíos, sino a provocar el apasionamiento gozoso por lo que llena de verdad el corazón humano. El valor primero es el Reino de Dios. Lo demás es relativo. Jesús nos alerta sobre la fuerza seductora y opresora de las riquezas, de los bienes temporales, tienen un poder hipnotizador.
Nos alerta de alcanzar la felicidad por medio de la abundancia de los bienes materiales por el acumular.
Nos dice que los bienes materiales no son un fin en si mismos, sino un medio; que es de locos vivir para tener cuando, en realidad hay que procurar tener para vivir. Hay que tener para vivir con la dignidad de hijos de Dios, así cumpliremos mejor nuestra misión. Jesús nos recuerda que el destino mejor que podemos dar a los bienes de este mundo es compartirlos.
Frente a la confianza que propugnan los medios y que constituye el estilo de vida de tire y use de muchos de nosotros, Jesús proclama una extraña bienaventuranza, “bienaventurados los pobres” los que ponen los bienes de este mundo en el lugar correspondiente y se sirven de ellos sensatamente.
Testimonios diarios de nuestro obispo de Roma Francisco, no viste costosamente, comparte vivienda con sus compañeros de tareas, comparte las comidas con ellos, destinó el palacio de verano a museo, ha implementado servicios de atención a inmigrantes y desplazados, intenta vivir como lo hacía en lugar de origen donde viajaba en subte a visitar los barrios pobres de Buenos Aires.
No siempre son comprendidos estos estilos de vida, Francisco muchas veces es criticado por no “darse el lugar “ qué insensatos somos en no ver que su actitud es de real seguimiento a Jesús. Nos decía hace unas horas José Marins en sus magistrales jornadas, Jesús no pidió ser adorado, pidió ser SEGUIDO. ¡! LO COMPRENDEREMOS ALGÚN DÍA??
Comentario en versión libre de “El Don de la Palabra” de Atilano Alaiz. Con autorización del autor.-
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