“El Movimiento por el Socialismo - MAS triunfó porque los sabios de Bolivia entendieron que, a pesar de todas las críticas que se le pudieran hacer al movimiento, hizo una labor que tuvo como centro a los más excluidos de Bolivia , por la defensa de sus derechos y la construcción de los que fueron negados, por los que fueron humillados, difamados durante cientos de años, pero con el MAS comenzaron a caminar con su paso de gigante. No hay freno posible cuando un pueblo marcha por lo que es suyo ”, escribe Pablo Jofré Leal , periodista y escritor chileno, en un artículo publicado por Segundo Paso , 19-10-2020. La traducción es de Wagner Fernandes de Azevedo .
Aquí está el artículo.
A pesar de la descarada intervención de la OEA , el Departamento de Estado de Estados Unidos, una extrema derecha sometida a las órdenes de fuerzas externas. Pese a ello, el MAS y su pizarra formada por Luis Arce Cataroa como presidente y David Choquehuanca como vicepresidente, lograron una contundente e indiscutible victoria en las elecciones en las que fueron convocados 7,3 millones de bolivianos .
Con aproximadamente 53%, y una diferencia de 20 puntos sobre Carlos Mesa Gisbert (31,2%) y 40 puntos sobre Luis Fernando Camacho (14,1%), las cifras extraordinarias representan un aire fresco para la lucha popular. Con ello, se confirma, como se defiende, que en las elecciones de 2019 hubo un operativo, interpuesto por la derecha, encaminado a impedir la victoria del MAS , y avalado por los gobiernos de derecha de América Latina , con el silencio cómplice de organismos internacionales. Hubo un golpe de Estado orquestado por Washington y sus aliados incondicionales y que con la victoria de este 18 de octubre permite al pueblo bolivianovolver al Palacio de Queimado y seguir controlando las dos cámaras del parlamento. Una victoria que conlleva un tremendo impacto regional e internacional, que le da un nuevo aire al progresismo en América Latina y que recupera la democracia para Bolivia y su pueblo, que sabiamente vuelve a confiar en quienes los han dignificado, que dicen no al racismo, a robó, sometimiento a Washington y di no a la corrupción.
Asociando esta noticia a nuestra reflexión del sábado pasado me permito hacer algunos comentarios. No borro de mi mente aquel 10 de noviembre del año pasado, cuando, con un ritual llamativo por juzgarlo livianamente, ingresan los usurpadores a la Casa de Gobierno con una Biblia en mano, para asumir el gobierno de facto. La imagen que se quiso trasmitir era poco menos que estaban cumpliendo una función mesiánica. Los días siguientes marcaron una brutal represión con un costo importante de vidas, así como la toma de medidas que llevaron a los bolivianos pobres, a ser más pobres y a los ricos mucho más poderosos.
ResponderEliminarComo cristianos podemos nosotros mirar de costado todo esto, no levantar la voz de repudio a esa mala utilización de un libro sagrado?.
Gracias al pueblo boliviano, tan ninguneado, vilipendiado y discriminado, por darnos una lección tan clara de lo que significa la defensa de los grandes valores populares.
Reflexionemos respecto al mensaje que esto nos deja.