PREPAREMOS EL CORAZÓN PARA LA CELEBRACIÓN.
- Seguimos en este tiempo pascual, cayendo en la cuenta de esta presencia de Jesús Resucitado en medio de nosotros. Estos dos domingos que quedan hasta la fiesta de la Ascensión, la liturgia nos llevará nuevamente al relato de la comunidad de Juan en la última cena. Después de lavarles los pies y decirles “ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros”, también les dice: “Ustedes deben amarse los unos a los otros como yo los he amado”. Ese “como yo los he amado” se transforma en una “brújula”, en una “inspiración” para nuestro corazón.
- En Uruguay y en otros países de América Latina estamos celebrando el día de la madre. Tantas madres “del vientre” y las madres “del corazón” podrían decir a sus hij@s: “Ámense como yo los he amado”. Si cerramos por un instante nuestros ojos y agudizamos nuestros oídos, podremos escuchar “su voz”. ¡Cuánto para agradecerles ese amor gratuito, creativo y fecundo de nuestras madres del vientre, nuestras madres del corazón!. Ahí tenemos otra “brújula” para nuestro andar.
- Tenemos “la Palabra”, “la vela”, “algo para compartir” en nuestra “MESA” y otros símbolos que sean significativos para nosotros.
- Entremos en sintonía de celebración...............
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