Buenas tardes, Madilene
Soy Alicia de Sá Torres, de Argentina y, como podrás imaginar, la historia de Orlando Yorio me toca muy de cerca.
Ayer empecé a leer tu libro y no pude dejarlo hasta que llegué al final. Demás está decir que en el trayecto hubo muchas lágrimas… No sólo por la emoción que produce confirmar la calidad humana de ese ser singular que fue (y es) Orlando, sino por la calidez de tus palabras.
Estoy segura de que tus textos, escritos con un lenguaje coloquial y sencillo, llegarán al corazón de todos quienes los lean.
Es imposible no percibir la sinceridad de tus palabras y la ternura que él despertó en ti, así como la vocación de servicio que te hizo descubrir y que te ligó hondamente a la gente de ese barrio humilde en el que te enseñó a sembrar amor.
Sólo personas como él son capaces de abrirnos a experiencias insospechadas como esa, a sorprender en nosotros potencialidades que ignorábamos tener. Y todo lo hacen abriendo caminos, dando el ejemplo, dejando huella.
Agradezco la generosidad con que brindas tu testimonio porque, a pesar de que en su país natal no ignoramos el perfil excepcional de cristiano que caracterizó a Orlando, tus relatos nos abren a una etapa de su vida que nos era totalmente desconocida.
De algún modo que sólo los designios insondables de Dios suelen señalar, la vida de entrega y compromiso que desplegó en las dos orillas viene a decirnos que su presencia hacía falta allí donde la gente padece similares tribulaciones.
Él comparte ahora el amor de dos pueblos a los que sólo el río separa, pero que nacieron del mismo vientre y, por lo tanto, seguirán siendo hermanos.
Gracias Alicia. Quiero hacer público mi agradecimiento por tu hermoso mensaje y que colabora para que otros hermanos que visitan este blog conozcan lo que nos provoca Orlando y quieran conocerlo un poco más. Siempre serán pocas las palabras, porque fue la experiencia que cambio mi vida de fe haberlo conocido y haber saboreado su ternura y amistad. Gracias hermana. Un fuerte abrazo y que el espíritu de Orlando y el de Jesús nos siga acompañando e iluminando el caminar.
Gracias Alicia. Quiero hacer público mi agradecimiento por tu hermoso mensaje y que colabora para que otros hermanos que visitan este blog conozcan lo que nos provoca Orlando y quieran conocerlo un poco más. Siempre serán pocas las palabras, porque fue la experiencia que cambio mi vida de fe haberlo conocido y haber saboreado su ternura y amistad. Gracias hermana. Un fuerte abrazo y que el espíritu de Orlando y el de Jesús nos siga acompañando e iluminando el caminar.
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