Hacemos explícito que nos reunimos en Su Nombre.
En el Nombre de este Dios comunión, que nos convoca a la fraternidad-sororidad universal. Confiando en el amor incondicional del Padre-Madre, ... la inspiración del Hijo Crucificado-Resucitado y... el fuego del Espíritu. Amén
Reflexión:
- “Los sueños” son fundamentales para andar con sentido en nuestra vida. Hagamos una advertencia, la sociedad de consumo constantemente nos va robando esos fundamentos que necesitamos para andar, por ejemplo nos cambian “sueños” por “fantasías”. Nos fabrica “metas” que se pueden comprar y las hace pasar por “sueños”: Quiero tal celular, esa moto o lo que sea. El mercado tiene una potente seducción que nos va arrebatando símbolos importantes: “La pascua” es un “huevo de chocolate”, “la navidad” es “papa Noel” y así podemos seguir.
- “Los sueños” son profundas “inspiraciones” que nos desafían constantemente a dar lo mejor de nosotros cada día. Sabemos que “los sueños son como “el horizonte”, están para hacernos caminar”. Damos “un paso” y “el horizonte-los sueños” dan un paso “para atrás”, por eso “nunca llegamos”. La fuerza de los sueños es ponernos en marcha, en movimiento. El riesgo constante, como decíamos son “las fantasías” que desgastan nuestras energías y nos distraen.
- La paradoja, “el drama” es entre “la realidad” y “los sueños”. “La realidad” con todos sus condicionamientos nos hace “transpirar”, nos exige tener paciencia, esperar los procesos, etc. y los “ sueños” nos “inspiran” para atravesar una y otra vez esos miedos, conflictos y dificultades que son parte del andar, como estuvimos reflexionando. Los sueños nos “inspiran” para que “transpiremos” con sentido.
- Por eso la poetisa escribe después que atravesamos la pandemia del corona virus: “Hoy que la esperanza ha vuelto te regalaré la flor, que ha nacido esta mañana en mi balcón. Sin prisa salí a caminar buscando tu abrazo y el sol, que siempre ilumina el jardín donde es nuestro el amor, donde es nuestro el amor”. Lo que nos mueve es el amor, ese amor que volverá nos convoca a realizar “lo imposible”.
- Podemos afirmar: “Cantamos por necesidad por eso es hermoso cantar”, es decir: “Soñamos por necesidad por eso es hermoso soñar, sabiendo que pese al dolor, el amor volverá...” y el amor vuelve. Vayamos al encuentro de él gran soñador, Jesús de Nazaret.
- Esta reflexión, ¿Qué me provoca?, ¿Qué me hace sentipensar?
Según la Comunidad de Juan 20, 19- 23
“Ese mismo día, el primero después del sábado, los discípulos estaban reunidos por la tarde, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Llegó Jesús, se puso de pie en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor.
Jesús les volvió a decir: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envío a mí, así los envío yo también.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo: a quienes perdonen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.»
Nos quedamos un rato en silencio para que siga resonando en nosotros el Evangelio. Si quieren lo pueden volver a leer o volver a escuchar, para seguir contemplando al Maestro.
Reflexión:
El gran soñador, Jesús de Nazaret vuelve y les regala a sus discípulas y discípulos lo que más necesitan: “la paz”. Dos veces les dice “tengan paz”. Cuánto necesitaban “esa paz” ellas y ellos que estaban a travesad@s de dolor y angustia porque le habían asesinado a su Maestro.
- Algo habían aprendido del Maestro: “estaban reunidos”, estaban juntos en comunidad... con “miedo”, pero “juntos”. Es así que tienen la experiencia de Jesús Resucitado. La comunidad de Mateo lo dirá de esta manera: “Donde hay dos o más reunidos en mi Nombre, ahí estaré en medio de ustedes” (Mt. 19, 20). Aquí tenemos una pista, es en comunidad, junto con otros que podemos atravesar los miedos y sentir esa paz que nos regala el Resucitado. ¡Cuántas veces lo hemos vivido en nuestra familia, con amig@s, en comunidad, junto con otr@s!.
- Jesús los sorprende una vez más, no hay reproches, les ofrece “su paz” y les regala “Su Espíritu”. Sopla una vez más Su Sueño. Como si les dijera: Sigue vivo el Sueño de nuestro Dios, vayan y hagan que todos los seres humanos aprendan hacerse hermanas y hermanos, así como lo hicimos nosotros en Galilea y en tantos otros lugares. Ustedes saben que al dar y al recibir el perdón irán haciendo creíble este Sueño de la fraternidad, la sororidad universal.
A Dios no se le fue “la vida de las manos”. El gran Soñador atravesó desde el amor lo imposible: “la muerte”. Jesús les muestra “las llagas de las manos y del corazón” para decirles que valió la pena y la dicha ponerle el cuerpo al Sueño de Dios, ese es “nuestro horizonte” y... nos alienta a seguir haciendo lo mismo. Podemos escuchar Su Voz en cada amanecer diciéndonos: “Yo estoy con ustedes todos los días hasta que se termine este mundo” (Mt.28,20)
Como decíamos el domingo de Pascua junto con Galeano, Jesús mostrando “sus llagas” nos dice: “Nosotros tenemos la alegría de nuestras alegrías. Y también tenemos la alegría de nuestros dolores. Porque no nos interesa la vida indolora que la civilización del consumo vende en los supermercados. Y estamos orgullosos del precio de tanto dolor, que por tanto amor pagamos. Nosotros tenemos la alegría de nuestros errores, tropezones que muestran la pasión de andar y el amor al camino. Tenemos la alegría de nuestras derrotas porque la lucha por la justicia y la belleza valen la pena también cuando se pierde. Y sobre todo tenemos la alegría de nuestras esperanzas. En plena moda del desencanto, cuando el desencanto se ha convertido en artículo de consumo masivo y universal, nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano”.
- El Resucitado nos da Su Espíritu para que “en medio de tantas violencias, sigamos creyendo y multiplicando abrazos humanos, a Su estilo”. ¡¡¡Hay que seguir soñando nomas!!!, junto al Gran Soñador, confiando que “el amor volverá”... el amor de Jesús siempre vuelve.
- ¿Qué nos parece esta reflexión y cómo la vinculamos con lo que veníamos reflexionando?
- …
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