¿nos dejamos curar por Jesús?
Qué oportuno es este pasaje hoy, ante un mundo que necesita abrir los oídos para escuchar el clamor de los refugiados, de los inocentes en la masacre de gaza, en la pobreza infantil en Uruguay y se podría seguir enumerando.
El mundo está sordo y mudo frente al calor de los que
necesitan ayuda, ergo, sordos al clamor de Dios que grita en cada uno de ellos.
Nosotros hoy también debemos dejar que Jesús abra nuestros oídos y nuestro corazón para poder escuchar lo que necesitan y lo que sienten quienes van pasando a nuestro lado en el camino de la vida. “le presentaron” y “le pidieron” qué importante es tener a alguien que nos acerque a Jesús y también estar atentos para acercar a alguien , porque así como aquél sordo apenas podía hablar y aceptó la ayuda para acercarse a Jesús, creyendo que lo iba a curar y así fue.
Y también Jesús le pidió al Padre la gracia para curarlo. Nada logramos solos. Jesús tiene al padre pero necesita al sordo , mudo también que colabora, haga su parte, dejarse curar.
¿Reconocemos nuestras sorderas y nuestras mudeces y nos dejamos curar por Jesús?
Jesús quiere intimar con nosotros, tocarnos, por
eso lo lleva al sordo aparte, a solas con Él y la presencia en Él del Padre, y
se le abren los oídos y se le suelta la lengua.
Jesús no puede salvarnos, curarnos, sin nosotros.
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