jueves, 5 de junio de 2025

AMERINDIA.-Pentecostés. Primer acercamiento a la fecha. Esperamos aportes sobre el tema.-

Pentecostés era una de las tres grandes fiestas judías, y para celebrarlo gran cantidad de ellos subían a Jerusalén para dar gracias a Dios y adorarle en el Templo. A los 50 días de la Pascua, los judíos celebraban la «Fiesta de las siete semanas» o «Fiesta de las semanas»,[b]​ que en sus orígenes tenía carácter agrícola. Se trataba de la festividad de la siega, día de regocijo y de acción de gracias,[c]​ en que se ofrecían las primicias de lo producido por la tierra. Estaba estipulado que la celebración debía festejarse siete semanas después de que se empezase la primera labor de la siega. Venía indicado de la siguiente manera:

«Contaréis siete semanas enteras a partir del día siguiente al sábado, desde el día en que habréis llevado la gavilla de la ofrenda mecida, hasta el día siguiente al séptimo sábado, contaréis cincuenta días...» (Levítico 23, 15-16).[4]

por lo que se trataba de una fiesta móvil en el

calendario, ya que su fecha dependía del ritmo de la agricultura. Esta fijación tiene varias interpretaciones según el sentido que se dé a la palabra «sábado». Si el día de sábado se entiende como festivo o día de la Pascua, entonces la cuenta empezaba el día siguiente; Filón y Flavio Josefo interpretaban la ley de dicha forma. La otra interpretación es que si la palabra «sábado» se entiende como el séptimo día de la semana, la cuenta empezaría el domingo siguiente a la Pascua; los fariseos y una tradición samaritana la interpretan de esta otra forma.[4]

Más tarde, esta celebración se convirtió en recuerdo y conmemoración de la Alianza del Sinaí, realizada unos cincuenta días después de la salida de Egipto. Por designio divino, esta fiesta que los judíos celebraban con tanta alegría se convirtió en la fiesta de la «Nueva Alianza», la de la venida del Espíritu Santo con todos sus dones y frutos.[5]

Pentecostés en el Nuevo Testamento

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Mosaico que representa Pentecostés.

Las primeras alusiones a su celebración se encuentran en escritos de san IreneoTertuliano y Orígenes, a fines del siglo II y principios del siglo III. Ya en el siglo IV hay testimonios de que en las grandes Iglesias de Constantinopla, Roma y Milán, así como en la península ibérica, se festejaba el último día de la cincuentena pascual por lo que esta cincuentena está íntimamente unida a la «memoria» de Pentecostés.[4]​ La Iglesia Católica[6]​ celebra[a]​ su manifestación al mundo.[7]

Significado teológico del Pentecostés cristiano

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En el cristianismo, Pentecostés es el fruto de la obra realizada por Cristo, el resultado de sus merecimientos.[8]​ En el Nuevo Testamento se dice a veces que fue el mismo Cristo simplemente quien envió al Paráclito, también traducido como Consolador, en referencia al Espíritu Santo.[d]​ Otras veces que fue el Padre pero, bien a ruegos de Cristo,[e]​ o bien en nombre de Cristo.[f]​ En una ocasión se afirma que lo envió Cristo de parte del Padre.[g]​ Según Cabodevilla, todas estas expresiones denotan lo mismo: la emisión del Espíritu por parte del Padre y del Hijo.[8]​ El Apocalipsis lo puso de manifiesto en la siguiente frase: Un río de agua viva, resplandeciente como el cristal, saliendo del trono de Dios y del Cordero.[h][4]

Según los escritos neotestamentarios, el Espíritu Santo es el «Espíritu de Cristo».[i]​ Otras veces se lo llama el «Espíritu de Jesús» o «Espíritu de Jesucristo».[j]​ También se lo llama «Espíritu del Señor»,[k]​ o «Espíritu de su Hijo».[l]

Fue Simón Pedro el primero en explicitar el significado del acontecimiento de Pentecostés en su discurso pronunciado ese mismo día.[m]​ Era el comienzo de la efusión del Espíritu Santo que Dios había prometido para la «plenitud de los tiempos». Esos últimos tiempos, de los que se hablaba en el Libro de Joel,[n]​ en el Libro de Ezequiel,[o]​ y, por último, en los Hechos de los Apóstoles,[p]​ empezaron con la muerte y resurrección de Jesucristo, cuya señal fue la de hacer hablar a los apóstoles como verdaderos profetas mediante la efusión del Espíritu Santo.[4]

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