Luis Miguel “Vitín” Baronetto*
Sin avisarnos, sin despedirse, el Nico partió el 14 de octubre. En donde esté, seguramente junto a tantas y tantos otros compañeros/as de camino, habrá sentido el reclamo y la bronca de esta ausencia inesperada y sorpresiva, que no hubiésemos querido experimentar. José Nicolás Alessio fue ordenado sacerdote cuando finalizaba la dictadura. Lo que los claustros no le mostraron, lo vivió apenas ocupó su lugar en la sociedad cordobesa.
Cuando le tocó ser párroco en San Cayetano, los pobres ocuparon su lugar de preferencia, y él les dio espacio en las procesiones, en las ollas comunitarias, en la búsqueda de trabajo, en la solidaridad efectiva y concreta. Nos conocimos en ese andar, recorriendo el camino de la revista Tiempo Latinoamericano que se inició en esas postrimerías de la dictadura. Y también se sumó al Grupo Sacerdotal Enrique Angelelli con quienes arremetimos la ardua tarea de reivindicar a nuestro mártir y querido “Pelado”, mientras se le cerraban las puertas en los templos del catolicismo anticonciliar predominante en esta Córdoba “católica” de reclinatorios y sacristías. Fueron años de apasionada siembra y contagiosa participación, en el despertar democrático y las nuevas experiencias del cristianismo de liberación y las comunidadeseclesiales de base, que nos llegó de la vecindad latinoamericana.CISPREN
No hay comentarios:
Publicar un comentario