IHU, Adital.- FRATELLI TUTTI, Francisco muestra que la iglesia tiene mucho que decir. Los críticos de FRANCISCO, dicen que los pastores de la Iglesia “se ocupen de sus propios asuntos”, es decir, que se mantengan encerrados dentro de las paredes de sus templos hablan de una fe sin la menor influencia en la vida real de hombres y mujeres, comenzando por los propios fieles.

 Con Fratelli tutti , Francisco intentó mostrar que la Iglesia tiene algo que decir al mundo contemporáneo, no en términos confesionales, sino para dar respuesta a un problema que está ante los ojos de todos, creyentes y no creyentes, mostrando que la fraternidad , central para El mensaje cristiano también es un valor humano, y que un mundo que no lo conoce, como el nuestro, es inhumano.

La opinión es de Giuseppe Savagnone , profesor del Instituto de Formación Política “Pedro Arrupe” , en Palermo , y del Instituto Teológico S. Tommaso de Messina , en Italia . 

El artículo fue publicado por  Settimana News , 19-10-2020. La traducción es de Moisés Sbardelotto .

Aquí está el texto.

Probablemente, la novedad de la última encíclica del Papa Francisco , Fratelli tutti , debería buscarse más en su forma que en su contenido. No porque estos últimos sean irrelevantes, o al menos considerados obvios, como han argumentado algunos críticos, sino porque su carga -que no dudaría en definir como “revolucionaria” - se libera con toda su fuerza explosiva precisamente por las nuevas modalidades con que se comunica.

La forma tradicional de las encíclicas

Hasta ahora, con el término "encíclica", se entendía una carta pastoral del Papa a los obispos de la Iglesia católica y, a través de ellos, a todos los fieles. Aún en Lumen fidei  (2013), la primera encíclica del actual pontífice (inspirada, según se informa, en un texto ya preparado por su predecesor), este enfoque se había mantenido. El documento estaba dirigido “a los sacerdotes y diáconos, a las personas consagradas ya todos los fieles laicos”, y se basó en los temas de la Revelación. Benedicto XVI , en su encíclica social Caritas in veritate  (2009), también había agregado, a los destinatarios mencionados, “todos los hombres de buena voluntad”.

En cualquier caso, el punto de partida fue la fe que unía a los miembros de la Iglesia. Por este motivo, las encíclicas suelen comenzar con una exposición de los fundamentos bíblicos y magisteriales del mensaje que querían comunicar, para luego pasar a aplicaciones a los problemas de la comunidad y la sociedad cristianas.

El turno de Laudato si '

Con Laudato si ' (2015), el Papa Francisco cambió esta estructura tradicional. La encíclica sobre la crisis ecológica comienza con un capítulo dedicado a la revisión de los fenómenos negativos que marcan nuestra relación con la tierra. Y explica la razón de esto: “Las reflexiones teológicas o filosóficas sobre la situación de la humanidad y el mundo pueden sonar como un mensaje repetido y vacío, si no se vuelven a presentar desde un enfrentamiento con el contexto actual en el que esto es insólito para el historia de la humanidad ”(n. 17).

Sólo en el segundo capítulo, titulado " El Evangelio de la creación " y que comienza con un apartado dedicado al tema "La luz que ofrece la fe", entra en juego la Revelación y su enseñanza. Y el hecho de que esto no puede darse por sentado se pone de relieve con la pregunta con la que comienza este apartado: “¿Por qué incluir, en este documento dirigido a todas las personas de buena voluntad, un capítulo referido a las convicciones de fe?”. (n. 62).

Se dan dos respuestas a esta pregunta. La primera es que, “si realmente queremos construir una ecología que nos permita reparar todo lo que hemos destruido, entonces no se puede pasar por alto ninguna rama de la ciencia ni ninguna forma de sabiduría, ni siquiera la sabiduría religiosa con su propio lenguaje” ( 63); el segundo , que, “aunque esta encíclica está abierta al diálogo con todos para que juntos busquemos caminos de liberación, quiero mostrar desde el principio cómo las convicciones de fe ofrecen a los cristianos - y en parte, también a los demás creyentes - motivaciones alto para cuidar la naturaleza y los hermanos y hermanas más frágiles. (...) Por eso es bueno, para la humanidad y para el mundo, que los creyentes conozcamos mejor los compromisos ecológicos que brotan de nuestras convicciones ”(n. 64).

Es claro que el discurso debe dirigirse a todos los hombres y mujeres, incluso fuera de la Iglesia, sin dejar de lado la perspectiva cristiana, pero manteniéndola presente como una "forma de sabiduría", por tanto en sus implicaciones humanas; ya los fieles, dotándoles de “elevadas motivaciones” vinculadas a la fe, que deberían convertirlos en protagonistas más directos de la lucha por la protección de la creación .

El diálogo abierto de Fratelli tutti

En la nueva encíclica de Francisco , esta intención de hablar a todos los hombres y mujeres del planeta, y no solo a los cristianos, es aún más evidente. De hecho, el Papa lo afirma expresamente al principio: “Aunque lo escribí partiendo de mis convicciones cristianas, que me animan y nutren, traté de hacerlo de tal manera que la reflexión esté abierta al diálogo con todas las personas de buena voluntad”. (n. 6).

No es casualidad que, en Fratelli tutti , la referencia explícita a la perspectiva religiosa y más específicamente evangélica aparezca sólo en el capítulo octavo, el último. En él, Francisco enfatiza que “cuando se pretende, en nombre de una ideología, expulsar a Dios de la sociedad, se termina adorando ídolos, y muy rápidamente el hombre mismo se siente perdido, su dignidad es pisoteada, sus derechos violados” (n. .274). Una reivindicación del primado de la trascendencia, común a muchas religiones, que tiene un desarrollo aún mayor en el esclarecimiento de que, para el cristiano, “la fuente de la dignidad y la fraternidad humanas está en el Evangelio de Jesucristo” (n. 277).

La repetida referencia al documento firmado en Abu Dhabi con el Gran Imán Ahmad al-Tayyeb  es coherente con esta apertura a otras religiones. Aunque, como recuerda el propio Francisco , quien lo inspiró en la escritura de Laudato si ' había sido el patriarca ortodoxo Bartolomeu -no católico, sino cristiano-, ahora el punto de referencia es su diálogo con un reconocido representante del Islam (cf. n. .5).

Querer salir del templo

No es de extrañar que la encíclica apareciera en los ojos de una parte del mundo católico que, durante mucho tiempo, acusó al actual pontífice de herejía y sincretismo como “ el manifiesto ideológico del bergoglismo ”.

Quien escribió esto en el periódico La Verità (06-10-2020) fue un conocido intelectual de derecha, Marcello Veneziani , argumentando que “la fraternidad mencionada por el Papa Francisco es el tercer principio de la Revolución Francesa, después de liberté y égalité ”, y que, con esta encíclica, “ la ideología de Bergoglio busca un lugar para la Iglesia poscristiana en la modernidad secular en nombre de la fraternidad (...) insertando a la Iglesia en el mundo moderno, ateo y secular, surgida de la Revolución Francesa  y buscando inspiración también en otras religiones como el Islam ”.

De hecho, si intentamos descifrar este mensaje, nos encontramos con que, en el fondo, Veneziani capta muy bien la intención fundamental del Papa: sacar a la Iglesia y su anuncio del Evangelio del gueto en el que la cultura del mundo moderno los relegó hace mucho tiempo y señalar por los valores que esta misma cultura acogió y celebró, para mostrar sus raíces cristianas y denunciar la incoherencia de la sociedad actual en relación a ellos.

El hecho de que esto se convierta en una acusación puede entenderse a la luz de la solicitud urgente y recurrente, por parte de los exponentes políticos de derecha, de que los pastores de la Iglesia “se ocupen de sus propios asuntos”, es decir, que se mantengan encerrados dentrIHU, Aditalo del las paredes de sus templos hablan de una fe sin la menor influencia en la vida real de hombres y mujeres, comenzando por los propios fieles.

Habla con la razón humana

Es interesante, sin embargo, que esta sea también la afirmación de intelectuales del signo contrario, como Paolo Flores d'Arcais , quien, en un artículo escrito hace unos años, subrayó la necesidad de combatir “la idea críticamente insostenible de que tiene algún fundamento para La 'fides' pretende ser también 'ratio' , la pretensión del magisterio de la Iglesia, con sus propias doctrinas morales, de ser también el guardián de la naturaleza humana como razón ”.

Porque, "si la 'fides' de que se trata es (...) 'locura por la razón' (...), ninguna Iglesia puede pretender que esa 'locura' de ella, que incluso puede pedir a sus fieles que la practiquen, convertirse en una norma de convivencia civil. Pareja de hecho ". En cambio, advirtió Flores d'Arcais, 'una religión que pretende ser una cosa con la sola razón, en lugar de ser el cumplimiento de la razón, inevitablemente recurre (...) a la petición de afirmar erga omnes, creyentes y no creyentes (...) sus propios preceptos morales ”.

De hecho, si se aceptara esta lógica, “cualquier regla en contraste con la 'ley natural' de la razón, englobada por la fe, sería irracional e inhumana, y nadie puede querer que la convivencia civil se autodestruya con leyes positivas inhumanas” (Micromega, 3/2007, págs.14-215).

El desafío de Francisco

Ahora bien, esto es precisamente lo que intentó hacer el Papa Francisco , incluso en Laudato si ' , más decididamente en Fratelli tutti : mostrar que la Iglesia tiene algo que decir al mundo contemporáneo, no en términos confesionales, sino para responder a un problema que se avecina. a los ojos de todos, creyentes y no creyentes, mostrando que la fraternidad, que es central en el mensaje cristiano, es también un valor humano, y que un mundo que no lo conoce, como el nuestro, es inhumano.

Es un desafío. La parábola del buen samaritano , analizada durante mucho tiempo en la encíclica como modelo de fraternidad, pero que, en el Evangelio, es el relato de lo humano hecho por Dios, nos asegura que no es solo la ideología de Bergoglio la que plantea este desafío.